Tatiana Cap I. Juegos Lujuriosos
Fecha: 20/10/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... Alta, con esa cabellera rubia rizada, esas piernas perfectas, ese culazo de calendario y esas tetas de diosa. No le cabía en la cabeza que esa mujer pudiera estar más bella que antes, pero Marta le aseguraba que sus pechos habían crecido hasta convertirse en dos prodigios de la naturaleza. Además, era tan joven que podría ser su hija, y saber que era tonta e ingenua inflamaba su deseo de embaucarla y disfrutar su descomunal cuerpazo. Volvió a su escritorio, y decidió calmar su ansiedad revisando la propuesta de un nuevo programa de estudios. Antes que abriera la carpeta sonó su celular. ―¡Ven a la casa de inmediato! ―lo urgió la voz de su mujer. ―Pero si acabo de llegar. ¿Qué pasa? ―Es Tatiana. La oportunidad que esperabas. ¡Ven ahora mismo!―. Y colgó. Benito se quedó de una pieza, sin saber qué hacer. Un momento después sintió una fulminante erección que lo sacó de su ensimismamiento. Trató de ordenar rápidamente sus ideas. ¿Tatiana? ¿Oportunidad de qué? Pensó llamar de vuelta a Marta, pero desistió; sabía que no le respondería el teléfono, le gustaba jugar así. En todo caso, debía salir de ahí, tenía que ir a su casa. Se levantó, agarró su maletín, echó algunas carpetas dentro, cerró su notebook y lo guardó en su estuche. Cuando iba hacia la puerta reparó en la erección que se le notaba en los pantalones; no podía salir en esas condiciones. Dejó sus cosas sobre el escritorio, se dirigió al baño, y cuando dejó al descubierto su verga, vio que había adquirido un tamaño y una ...
... rigidez que no tenía desde hacía años. “Ahora no puedes ponerte así, idiota”, le espetó. “Será mejor que te encojas ya, o no sabremos qué está pasando con Tatiana”. Al ver que no le respondía, empezó a golpearla, mientras le decía: “¿Ves lo que me obligas a hacer?” Al cabo de unos interminables minutos, la bestia entró en razón y se resignó a esperar en estado de reposo. Benito voló fuera de su oficina. A la pasada le dijo a su secretaria que tenía una emergencia familiar y que no sabía si volvería. Demoró veinte minutos en el trayecto (generalmente le tomaba media hora). Entró corriendo en la casa, vio que Marta no estaba, y la llamó al celular. ―Acabo de llegar ―dijo lo más calmado que pudo, y colgó. Su mujer llegó cinco minutos después. ―No vas a creer lo que conseguí ―le soltó, sentándose junto a su marido. ―Dilo de una vez, me tienes en ascuas… ―Convencí a Tatiana de que te amamantara ―le soltó triunfante Marta. Benito no lo podía creer. Marta le explicó el problema que tenía la muchacha con la aglomeración de leche en sus pechos, y cómo la había convencido de que él podía ayudarla. ―Le dije que ya lo habías hecho con otra vecina, pero que todo tenía que quedar en el más absoluto secreto, sin que ni siquiera Pedro se enterara. La tontita cree que es un sacrificio para ti, y que en este momento te lo estoy pidiendo como un gran favor para ella, porque soy su mejor amiga. La excitación morbosa le había provocado a Benito una nueva erección. Benito quería besar a su mujer. ...