1. Las desventuras de Elena (2)


    Fecha: 21/10/2019, Categorías: Incesto Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... hasta que los Amos la gozaran y recién entonces podría disponer de ella para someterla sexualmente y además seguir torturándola, y no sólo con azotes.
    
    -Parate, puta, que vas a empezar a trabajar. –dijo Edgardo inclinándose sobre Elena. Una vez en pie, la pobre debió encargarse de desvestir a los cuatro hombres, que en medio de esa tarea la manoseaban a gusto entre risas y comentarios soeces.
    
    Cuando estuvieron en cueros, Elena vio que tenían las pijas bien duras y se estremeció agitada por sentimientos encontrados. Uno de ellos, el que llamaban el escribano, era poseedor de un aparato de dimensiones considerables que la asustó al imaginarlo en su interior.
    
    El hombre advirtió que Elena le observaba la verga y sosteniéndola con una mano le dijo:
    
    -Mirala, zorra... ¿te gusta?... es grande, ¿eh?, jejeje, y así de grande como es te la vas a tragar toda... y lo primero que harás es chupármela.
    
    -Nos la va a chupar a todos, mi querido escribano. –dijo el doctor. –Y para eso nos pondremos en círculo y que la muy puta se vaya desplazando de rodillas de una pija a otra. ¿Les parece?
    
    -Excelente idea. –opinó Antonio y agregó: -Y vos, Wanda, mantenete atenta y en cuanto flojee dale un buen varillazo.
    
    -Estaré atenta, Amo Antonio, no se preocupe. –contestó la rubia deseando que la perra le diera oportunidad de volver a castigarla.
    
    Y entonces empezó la ronda oprobiosa de Elena, que debió mamar primero la pija del doctor, por ser éste quien había dado la ...
    ... idea.
    
    Desplazándose sobre una y otra de sus rodillas se fue acercó despacio, como tratando de demorar su humillación mientras mantenía los ojos clavados en esa verga lista para hundirse en su boca.
    
    A Wanda no le gustó esa lentitud y le cruzó el culo de un varillazo.
    
    -¡Movete, puta!
    
    Elena, con el rostro crispado en una expresión de dolor, se llevó ambas manos a las nalgas diciéndose que era inútil demorar más. Tenía que hacerlo. Tenía que humillarse mamando esas pijas que le llenarían la boca de leche. Nada podía hacer para evitarlo.
    
    Ya estaba ante la verga del doctor, que la miraba con ojos brillantes de calentura.
    
    -Vamos, abrí bien esa boca... –le dijo y Elena la abrió mientras cerraba los ojos.
    
    La verga le entró hasta la garganta, provocándole algunas arcadas entre risas burlonas de los Amos. El doctor la retiró un poco y Elena pudo empezar a chuparla. Era la primera vez que tenía en la boca una pija que no era la de su marido, y esta noción le dolió al punto de que impulsivamente echó la cabeza atrás desprendiéndose de esa verga.
    
    El gesto le costó caro. Wanda la agarró del pelo y mientras la mantenía con la cara contra el piso empezó a insultarla y a azotarla con la vara.
    
    -¡Perra insolente! ¡¿Cómo te atreviste?!
    
    -No... ¡¡Aaaayyyy!! ¡No! ¡No!
    
    -¡¡¡Callate, grandísima zorra!!! ¡¡¡Vas a abrir el hocico sólo para chupar!!! –y siguió pegándole unos cuantos varillazos más, hasta que Elena juró que ya no se resistiría.
    
    -Si volvés a hacerlo te despellejo esas ...
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