1. Las desventuras de Elena (2)


    Fecha: 21/10/2019, Categorías: Incesto Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... nalgas de puta que tenés. –la amenazó Wanda y de inmediato guió la cara de la pobre hasta la pija del doctor, que había observado la escena muy excitado y ansioso por derramarse en tan delicioso recipiente.
    
    Elena era muy diestra en eso de mamar, y temerosa de nuevos castigos comenzó a esmerarse a pesar de si misma. A poco de lamer y chupar, su cerebro empezó a nublarse, quizá como un elemento inconsciente de autodefensa que le iba permitiendo disolver su sentido de culpa en esa niebla que iba cubriendo su mente.
    
    De pronto el doctor empezó a bufar, luego a gruñir en el paroxismo de la excitación y Elena sintió los chorros de semen inundándole la boca y el grito del hombre:
    
    -¡Tragá, puta! ¡Tragá toda mi leche! –y tragó tratando de pensar que sólo era saliva, aunque sintiendo sabor y la viscosidad del semen que, por primera vez, no era el de su marido. Debía desplazarse de rodillas hacia el próximo Amo, que era el escribano con su gran verga ya erecta , pero no pudo moverse y sólo lo hizo después de recibir en las nalgas otro fuerte varillazo de Wanda y la amenaza de la guardiana:
    
    -Como vuelvas a mañerear voy a hacer que sigas mamando con el culo despellejado. ¿Me oíste, puta?
    
    Elena sintió ganas de enjuagarse la boca, pero no se atrevió a pedirlo y en cambio se fue aproximándose mansamente a esa otra pija larga y ancha, la del escribano, que la esperaba palpitante.
    
    Cuando estuvo ante ella cerró los ojos y abrió lentamente la boca para recibir ese miembro que ...
    ... se la llenó por completo al punto de producirle algún ahogo inicial. Chupó y lamió con la mente cada vez más en tinieblas, oyendo como de lejos las risas y comentarios de los Amos ante su tarea. Por fin los chorros brotaron y otra vez a tragar hasta la última gota y de rodillas ir hacia el próximo: la pija de Antonio, a la que también le extrajo toda la leche y se la tragó sintiendo la boca pastosa por el semen anterior que empezaba a secarse.
    
    Finalmente le tocó el turno a Edgardo, que poco tardó en derramarse cuando Elena, por la enorme tensión que vivía y el cúmulo de sensaciones durante las mamadas, ya flaqueaba sobre sus rodillas mientras hacía esfuerzos por tragarse esa última lechada.
    
    Los Amos e inclusive Wanda reían e intercambiaban comentarios obscenos mientras Elena sentía que sentido de culpa se iba diluyendo.
    
    "Era mi fantasía –se dijo. "Y ahora se está haciendo una realidad... yo no quería... sólo fantaseaba con esto, pero ¿qué podía hacer?... de haberme resistido Wanda me habría despellejado de verdad..."
    
    Los cuatro Amos se retiraron hacia la mesa entre comentarios elogiosos respecto de las condiciones que Elena había demostrado como mamadora mientras Wanda, inclinándose sobre la prisionera, que yacía boca abajo sobre la alfombra, le decía:
    
    -No descansarás mucho, puta. Preparate porque dentro de un momento seguirán dándote. Han tomado viagra, jejeje, y están en forma para usarte por el culo.
    
    Elena la escuchaba como lejana, entregada a ese destino ...
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