1. Mi hija y su padre


    Fecha: 25/10/2019, Categorías: Incesto Autor: CarmenA, Fuente: CuentoRelatos

    ... él y con la lentitud de la emoción de la primera vez, fue bajando su cuerpo e introduciendo centímetro a centímetro la durísima polla de su padre en su caliente y joven coñito. Mi marido seguía con sus ojos cerrados y, al sentir la penetración, empezó a gemir fuerte y me abrazaba y besaba, fuera de sí. Estaba viviendo uno de los momentos más emocionantes de su vida, estaba penetrando a su hijita, a su Palomita. Cuando mi hija la tuvo totalmente dentro, se inclinó y yo me aparte un poco, ella quería besar a su padre. Y, mientras lo besaba, repetía gracias papi, gracias papi, gracias mami me siento la hija más feliz del mundo. Mi marido nos abrazó a las dos y nos besaba. Los tres estábamos muy emocionados y nuestra felicidad no tenía palabras, solo besos y mucha ternura. Mi hija se incorporó y con sus manos sobre el pecho de su padre, empezó un sube y baja sensual, gozando esa primera vez, moviendo su cuerpo para sentir mejor y más profunda, la polla de su padre dentro de ella. Mi marido seguía abrazado a mí y empezó a mover su pelvis hacia arriba, buscando el cuerpo de su hija, buscando sentir en su plenitud esas sensaciones que, por primera vez, le estaba regalando su propia hija. Ella empezó a sentir sus primeros orgasmos y se movía agitada, enfebrecida por el mucho placer que su cuerpo recibía de su padre.
    
    Movía sus caderas a un lado y otro, para sentir la polla de su padre en cada rincón de su coño. Chillaba y se agitaba enloquecida y, de vez en cuando repetía, ...
    ... gracias papi, gracias mami que feliz soy. El cuerpo de mi marido empezó a agitarse más rápido y, con un fuerte estertor, soltó en el interior de su hija, fuertes chorros de su caliente leche. Mi hija, al sentir la corrida de su padre dentro de ella, cayó sobre nosotros, presa de un orgasmo bestial, alucinante, estremecida y con un aaaaahhhhhh interminable. Seguía moviéndose sobre la polla de su padre, con espasmos incontrolados y nosotros la abrazamos para tranquilizarla. Poco a poco se fue quedando quieta, serena nos besaba en silencio, con lágrimas de felicidad. Mire a mi marido a los ojos y lo veía feliz, tremendamente feliz. Lo bese con ternura, con intenso amor y agradecimiento y también bese a mi hija. Me sentía la madre y esposa más feliz del mundo.
    
    Ayude a levantarse a mi hija y la acompañe al cuarto de baño, para lavarnos. Mi marido se fue a lavarse al otro aseo. Dormimos en la misma cama, mi hija en el centro, acariciada por su padre y por mí.
    
    Cuando desperté, vi a mi hija estirada, sobre su padre, le tenía su cara entre sus manos y no paraba de besarlo. Él le acariciaba la cabeza y la espalda. Me acerque a ellos y nos acariciábamos los tres. Ya eran más de las diez de la mañana y vi, por el ventanal, que lucía un buen sol.
    
    Mientras yo besaba a mi marido. Mi hija se deslizo hacia abajo, buscando acomodarse entre las piernas de mi marido, para hacerle una larga y sensual mamada. Le tomaba la polla a su padre entre sus manos, con mimos, con besitos cortos en el ...
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