1. Mi nombre es Marlene y tengo un pequeño secreto…


    Fecha: 30/10/2019, Categorías: Voyerismo Autor: Marlene.munoz.r, Fuente: CuentoRelatos

    Mi nombre es Marlene, tengo 27 años. Me describo como una persona inteligente, social, deportiva y con un secreto: me gusta sentir cuando me observan. Esta es la segunda ocasión en que vengo a relatar lo sucedido.
    
    Como conté antes, vivo en un departamento en las afueras de la ciudad, cerca del mar. Originalmente era una casa de dos pisos con un Estudio aparte hasta que el dueño convirtió el lugar en tres espacios para rentarse. Yo vivo en uno de esos apartamentos. Para acceder a él tengo que bajar por unas pequeñas escaleras de metal en forma de caracol; me gusta así porque me da un cierto grado de privacidad, no escucho los ruidos y tampoco los vecinos se han quejado de mí.
    
    Como antes, debo confesar que no me había percatado jamás de mi afición por ser vista con morbo por los hombres hasta hace poco. Todo empezó como un evento esporádico, de una sola vez. La verdad es que nosotras las mujeres tenemos algunas fantasías en mente que precisamente se quedan ahí, en la mente y nada más.
    
    Trabajo como asistente recepcionista en un corporativo que se dedica al ramo inmobiliario, pero este lunes con motivo de las festividades del día de muertos no laboramos, lo que para mí significó un alivio ya que realmente necesitaba un fin de semana largo para descansar.
    
    El plan original para mi fin de semana era despertar tarde, quedarme en casa, estar todo el día en pijamas y ver Netflix y así fue casi todo. Sin embargo, mi día lunes comenzó diferente de lo que planeé, primero ...
    ... porque para mi sorpresa el gas se había terminado y segundo porque no tenía señal de Internet. Así que, sin más me dispuse a iniciar el día, me hice una coleta con el cabello, de una playera de tirantes, de la sudadera deportiva grande que nunca me falla, pero a la que el cierre no le funciona y que tiene mucho tiempo conmigo, mis Jeans negros, mis botas viejas color chocolate tipo constructor y casi nada de maquillaje.
    
    Primero salí a por la mina de gas que se encuentra junto a los tanques más grandes de mis vecinos, revisé y efectivamente no había nada de gas en ella porque estaba liviana de peso. La desconecté y la cargué hasta el auto. Regresé al departamento por mis cosas y a cerrar bien, en el camino me encontré al vecino de enfrente, que es quien renta el estudio. La verdad es que muy poca comunicación tengo con mis vecinos y prefiero que eso continúe de ese modo, ni yo interfiero en sus vidas ni ellos en la mía. Sé que mi vecino vive solo y que en el departamento arriba del mío vivé una familia por el ruido, pero muy pocas veces he cruzado palabra con ellos.
    
    - ¡Buen día vecina!
    
    - Que tal vecino, ¿Cómo le va? –respondí con cortesía, aunque ya quería irme.
    
    - Muy bien, acá nada más, voy a darle una buena barrida al patio que ahora con los aires del otro día toda la tierra se ha metido. ¿Ahora no fue a la escuela?
    
    Cuando me pregunto eso, confirme que tampoco mis vecinos saben mucho de mí, porque yo no voy a la escuela, pero supuse que pensó que aún acudía a la ...
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