1. 4 paredes, Mariela y yo


    Fecha: 31/10/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: IMen4You, Fuente: CuentoRelatos

    6:00 am:
    
    Suena la alarma como cada día de lunes a viernes para comenzar parte de mi rutina diaria.
    
    Comienzo con algo de ejercicio para no perder la costumbre y al final de 1 hora, una buena ducha acompañada de un buen desayuno para llegar motivado a mi trabajo. Soy estudiante de leyes, por lo cual tengo un trabajo previo a mi título para ir teniendo experiencia en mi trabajo. Tengo el trabajo gracias a un familiar, y como el día a día, voy ayudando con algunos casos de media importancia para ir adquiriendo conocimiento.
    
    Llegué al despacho donde trabajo, como suele ser de cada mañana junto a la secretaria de nuestro despacho solemos ser los primeros en llegar. Le saludo como cada día y entramos para iniciar un día más de labores. Ella es Mariela, una mujer de 43 años. Su pelo lacio negro hasta la cadera, ojos cafés claros, a pesar de su edad tiene muy bien cuidado en cuando a su figura. No soy muy detallista en cuanto a saber de sus proporciones pero a simple vista por su uniforme que suele llevar al trabajo, su busto es un poco más que tamaño medio. Tiene buen trasero, un tamaño medio diría yo, eso cualquiera lo nota por la falda que lleva del diario. Sus piernas largas que se miran muy bellas con los tacones negros que combina con su bello pelo.
    
    Debo aclarar que nunca he tenido un morbo hacia ella, debido a que me considero profesional en mi trabajo y solo busco permanecer concentrado en ello y no doy pie a distracciones en el entorno.
    
    Todo marcha muy bien ...
    ... durante el día, estoy adquiriendo información sobre un caso que debo llevar a cabo la semana que sigue, ayudando a un cliente en una demanda por negligencia médica. Debo decir que ha hecho mucho calor y en el piso de nuestra oficina, el aire acondicionado lo mantenemos al tope para no sentir el calor infernal del medio día.
    
    Se llega la hora de comida, y Mariela toca la puerta.
    
    Le dejo pasar y entra para preguntarme si bajaría al comedor o preferiría me trajera algo de comer a mi oficina.
    
    Me quede un par de segundos serio antes de responderle, mi mirada observo en su blusa como sus pezones estaban erguidos, era por el frio que hacía en todo el piso obviamente. Le respondí que si podía traerme algo después que terminara de comer. Que estaba algo atareado con el caso y no quería perder mucho tiempo. Ella salió y esa imagen se quedó en mi mente por un buen rato, era algo bello mirar ese tipo de cosas en una mujer pero, lo miré como algo normal y decidí hacer los pensamientos a un lado y enfocarme en mi trabajo.
    
    A los 15 minutos toca la puerta nuevamente:
    
    Digo que pase y ella Mariela, traía algo de comer para mí. Lo dejó sobre mi escritorio y me preguntó si podía hacerme compañía, que ella trajo su comida porque en el comedor estaba algo lleno por los demás del edificio que comen a la misma hora. Le respondí que sí, no había problema alguno. Salió a su escritorio a traer su comida y entro sentándose frente a mí. Comenzamos a comer y a platicar un poco. Aunque ella era ...
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