Buena Vecina para los Okupas
Fecha: 02/11/2019,
Categorías:
Hardcore,
Sexo con Maduras
Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... intención de ir a cierta tienda de uniformes en el centro de la ciudad vecina. Agarró el autobús y en menos de media hora ya estaba frente al comercio preparada para entrar. No había ni un alma en la tienda ese día, y nada más entrar vio un gran conglomeración de vestidos para diferentes oficios: Desde blancos y relucientes ropajes de chef hasta azules conjuntos de enfermera. Podría haber elegido un vestido negro y disimulado, pero no fue así. Nada de lo que veía le terminaba de convencer, ya fuese por el color, por la estética del conjunto o porque directamente no tenía nada que ver para lo que iba a hacer en esa casa. Entonces vio una pequeña sección de camisas formales blancas y de otros colores, de una tela mucho más ligera que todas las demás, de color blanco y abotonada. Se dijo a sí misma que siempre le habían gustado aquellas camisas y que por una o por otra razón nunca eran motivo de su elección. Por eso agarró una de su talla y buscó con la mirada a alguien que la pudiese ayudar.— Perdone –avisó en voz alta al dependiente tras su mostrador antes de formular la pregunta-. ¿Esta camisa… de que oficio es?— Es para secretarias o para limpiar casas. Si quiere probársela –inquirió servicial el chico que rondaría la veintena con una sonrisa de oreja a oreja, rodeó la mesa frente a él y la guio hasta los probadores.— No sé… ¿Cuánto cuesta? –inquirió la clienta titubeante sin acceder al hueco con cortina.— Esta cuesta… veinte euros.— Un poco cara para una camisa de este ...
... tipo. ¿No cree?— Bueno, yo no pongo los precios. ¿Quiere probársela?— No, porque si me gusta…— Razón de más para hacerlo –comentó frotándose las manos el joven con zorrería. La miraba de arriba abajo con cierto disimulo, como si estuviese más interesado en verla con la prenda que en vendérsela-. Si le gusta, bien pagado va a estar ese dinero. ¿No cree?— Bueno, eso es verdad… Y tampoco es un precio tan disparatado.— Avíseme cuando termine –concluyó el dependiente invitándola a acceder al probador.Tras cerrar la cortina, se miró por un momento en el espejo y entendió porque la miraba tanto. Un poderoso busto era tapado por aquel jersey, aunque no disimulado. Se dio cuenta que aquellas cosas que antes le parecían lejanas y sin importancia ahora le llamaban mucho más la atención, como por ejemplo el deseo que provocaba en algunos hombres. No era algo reciente, llevaba ya unos años pasándole y es que si antes Manuel al ser más pequeño y dependiente le absorbía toda la atención y su tiempo, en esa etapa de su vida se sentía más aburrida y desocupada. Eso en cierta manera la forzaba a darle muchas vueltas a lo poco que su marido le hacía caso, a como estaba desperdiciando su madurez sexual a hacerlo una o dos veces por semana con su pareja. Y entonces su vecino, un yogurín guapo y atractivo, mostraba un interés tan directo y sincero, aunque solo la viese como una vagina con la que tener sexo; o como cuando un joven dependiente en una tienda mostraba ese interés y ya no se sentía ...