1. Butaterm: calienta, pero no quema


    Fecha: 10/09/2017, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    Butaterm: calienta, pero no quema
    
    Realmente me costó mucho tiempo tener sexo con Beatriz. Nos conocíamos de vista y quizás habíamos hablado alguna vez, pero yo ni siquiera sabía su nombre, simplemente que es una de las secretarias de la unidad de publicidad, que forma parte del Comité de empresa y, algo muy evidente, que está buena como para gritar. Tremenda, con unas tetas de infarto. ¡Qué polvo tiene!
    
    Trabajo desde hace más de veinte años en la compañía más importante dedicada al diseño, construcción y gestión integral de centros comerciales, de ocio y deportivos de todo tipo. Tengo un carguito directivo en la unidad de informática, lo que me permite vivir bien, sin apreturas, y me obliga a viajar de vez en cuando por España, Portugal y Marruecos; algo que me gusta bastante. Soy soltero, sin pareja estable ni hijos, tengo cuarenta y cinco años. Me llamo Julián y lo que aquí escribo comenzó hace unos cinco años.
    
    Siempre he trabajado en la unidad de informática, en todo lo relacionado con seguridad, fundamentalmente de los centros comerciales en general y de las personas en particular. Realmente estoy especializado en lo que durante años se llamó Seguridad e higiene en el Trabajo y me dedico a ello con la ayuda de las nuevas tecnologías, revisando y evaluando la seguridad de los trabajadores de los muchos centros que gestiona mi empresa.
    
    Así fue como entré en contacto directo y personal con Beatriz, quién tras una serie de robos con intimidación sufridos por ...
    ... varias trabajadoras dentro de las instalaciones para el personal de un centro comercial de la periferia madrileña, se hizo cargo de la situación por parte del Comité de empresa y yo, tras los informes de la policía y la seguridad privada, por parte de la propia empresa. Durante varias semanas nos vimos a diario, trabajamos juntos, colaboramos en la solución de un evidente fallo de seguridad y pasamos buenos ratos en los que se despertó una corriente de simpatía, compañerismo, amistad, confianza y, por mi parte, deseo, un deseo incontenible de tener sexo con Beatriz, de comerme sus grandes y excitantes tetas.
    
    Beatriz no es una mujer guapa. Es rubia teñida (castaño oscuro es su color verdadero), con el pelo suave, rizado, por debajo de los hombros; ojos grandes marrones (necesita utilizar gafas para todo), unos labios finos que conforman una boca recta y grande y un cuello largo y bastante estilizado. No se puede decir que sea fea, aunque su rostro no atrae especialmente y además no se suele maquillar (apenas brillo transparente en los labios). Su cuerpo es otra historia.
    
    De estatura mediana (le gusta usar tacones para parecer más alta), al mirarla no se puede evitar fijar la vista en unas tetas grandes, altas, con mucho volumen, que ella gusta lucir con escotes casi siempre bastante atrevidos (escandalosos en ocasiones) que permiten vislumbrar sujetadores de gran variedad de colores y formas o con camisetas ajustadas que dejan ver un canalillo glorioso y el gran tamaño que ...
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