1. Butaterm: calienta, pero no quema


    Fecha: 10/09/2017, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... más o menos subidos de tono y en los intentos por rozar y tocar sus tetas, el culo o los muslos, pero al final, nada de nada o, quizás, un beso de amigo en los labios, casi sin lengua, una bromita sobre la tienda de campaña de mi pantalón, y sanseacabó, se va rápidamente cuando intento sujetarla o meterle mano.
    
    Mañana será otro día y probablemente esta noche Beatriz eche un polvo con su marido (me lo dirá o al menos me lo dará a entender) mientras le cuenta que me pongo palote total (es como le gusta decirlo) con ella. Yo, otro pajote pensando en su cuerpazo o una visita al bar de Nela (Manuela), un par degintonics, un poquito de vacile y charla tontorrona y si hay suerte, follar con mi amiga pensando en Bea y sus tetas.
    
    Hasta aquí se podría decir que es un rápido resumen de los primeros casi cuatro años en los que tuve relación de amistad con Beatriz, amistad que sí fuimos sedimentando por razones de trabajo, de cercanía personal (trabajamos en el mismo edificio y en la misma planta) y porque nos sentíamos a gusto juntos. Al margen de mi deseo siempre presente e insatisfecho y su actitud de calientapollas y nada más, salvo algún beso muy de vez en cuando y roces más o menos discretos en las tetas o los muslos, ese fue todo el sexo que tuvimos. Y mogollón de pajas pensando en ella.
    
    De repente, los dioses debieron pensar que me debían algún favor, así que una noche en la que quiero acostarme con Nela (durante años ha sido buena amiga y la mujer que me ha quitado ...
    ... todos los calentones, por suerte) me encontré a Rafael, el marido de Beatriz, en un reservado del bar de copas de mi amiga. Apenas nos habíamos visto dos o tres veces, nos había presentado su mujer y poco más, pero le reconocí. A quien no conocía de nada fue a la joven y guapísima morenita con quien se estaba comiendo la boca y metiéndole mano bajo la corta falda con ganas, como si el mundo se fuera a acabar entre esos finos muslos.
    
    Lo bueno de los teléfonos móviles con cámara es que pueden ser útiles en algún momento. Lo malo es que quien te haga la foto quiera aprovecharse de ti. Sí, una docena de fotos de la pareja dándose el lote, con fecha y hora, pueden valer para lograr algo muy deseado por mí y si la polla de Rafael aparece en las manos de la joven morena y la boca de él mamando una pequeña pero bonita teta, pues mucho mejor.
    
    Hacerle llegar las fotografías a Beatriz de manera anónima fue fácil (eh, lector, tranquilo, que no estamos hablando de ética, estamos hablando de follar; pues eso), poner cara de sorpresa y mostrarme compungido y entristecido por ella cuando me lo contó y me enseñó las fotos unos días después no me resultó difícil, consolarla como buen amigo intentando no besarla y que no se me fueran las manos a sus tetas según se lamentaba y lloraba sobre mi hombro, eso sí que fue difícil. Duro de aguantar (como mi polla cuando estoy cerca de Bea). Durante tres semanas apenas nos vimos y hablamos salvo unos minutos a la hora del café y junto con otros ...
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