Butaterm: calienta, pero no quema
Fecha: 10/09/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... polla se tiene que notar mucho de lo tiesa y dura que me la pone tener al alcance de las manos las tetas de Beatriz. En el sofá estamos sentados muy juntos, cadera contra cadera, y la falda negra ya se ha subido un poco más y veo casi todo el muslo hasta casi las ingles y la sombra de un tanga negro (me ha dicho ella que lleva un pequeño tanga, en mitad de la charla, como si tal cosa) que tapa su sexo. La mano se me va al culo y al lateral de los muslos, acariciando suavemente, sin que parezca molestar a Bea. Casi veo sus tetas por completo, sólo los pezones quedan tapados por el sucinto sostén y me encanta ver la pigmentación marrón-rojiza de la piel que rodea los pezones.
Me miras mucho, Julián. Menos mal que me gusta y somos buenos amigos, si no tendría que enfadarme un poco, corazón.
Sabes que me pones a mil, Bea, y hoy estás más excitante que nunca. Ya te has dado cuenta de que tengo la polla a tope. Te deseo mucho y eso es decir poco después de hacerme tantas pajas en tu honor durante los últimos años. Sé que te gusta que te diga esto, estás increíble y hoy tengo aún más ganas de ti que nunca.
Palote sí que estás, bien que se nota tu paquetón. Me gusta. Y me excita oírte hablar. Anda, dame un beso, paga y vámonos a tu coche a ver qué podemos hacer. Llevo más de un mes sin follar.
Del bar al coche hemos tardado por lo menos diez minutos, parando constantemente, besándonos, abrazándonos, llevando a Beatriz por la cintura y sujetando fuerte su culazo. Algún ...
... restregón con mi hinchada polla ya le he pegado para que se vaya enterando de cómo voy de caliente.
Ya en el coche nos damos un largo beso guarro de los de verdad, con mucha lengua y saliva, mientras acaricio su culo y mi mano sube a lo largo de uno de sus muslos.
Vámonos a algún sitio discreto en donde puedas aparcar. ¿Conoces los alrededores de la Plaza de toros? Está muy cerca. Me gusta que los mirones se masturben mientras lo hago con mi hombre.
Cerca de la Plaza de toros de Las Ventas, en una calle lateral, he aparcado el coche en batería en una zona de muchos árboles, con lo que hay muy poca luz. Nos pasamos a la amplia parte trasera del coche y apenas me he sentado Beatriz acaricia con fuerza mi rabo por encima del pantalón (qué dura la tienes, cabrón, me parece muy grande), me desabrocha y quita la camisa a tirones y chupa y mordisquea mis pezones (cómo me ponen estos chiquitines de macho con pelo en el pecho), se quita su camisa vaquera, entierra con fuerza sus dedos en el vello de mi pecho (Julián desnúdame las tetas, por fin te las vas a comer) y deja las gafas sobre uno de los asientos delanteros, no sin antes mirar por la ventanilla y comentar:ya hay un mirón pegado al coche, me encanta que me vean, ya verás cómo se la menea mientras tu y yo nos damos gusto.
Creo que me emociono durante unos instantes cuando paso mis manos por detrás de Bea hasta su espalda y desabrocho el pequeño sujetador para dejar completamente a la vista esas tetas únicas que tanto ...