1. Pecado en familia. Hice sentir bien mujer a mi cuñada


    Fecha: 06/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... llegaron fueron dos hijos, pequeños aún, un buen pasar y la tediosa rutina, aunque se dejó un lugar vacante para el amor y la pasión que nunca pudo llenar.
    
    El médico familiar le había aconsejado a Miguel la necesidad de hacerse unos estudios médicos, por esa razón la cuñadita y su marido se instalaron en Buenos Aires por una semana.
    
    Como corresponde a una familia bien avenida, hice mi contribución para asistirlos en todo lo posible. Los estudios médicos requerían una internación por toda la semana, por cuanto la Claudita fuera del horario de visitas a la clínica pasaba el resto del día con nosotros. El trato cotidiano siempre había sido bueno y fluido, ahora mucho más, cuanto más cuando tenía la oportunidad de abrirse a la confidencia de esas cosas que no son fáciles de hablar con la madre o hermana por lo bastante conservadoras en los temas de sexualidad y familia.
    
    Entendía que le estaba ofreciendo el hombro y el hombre para esa confidencia que aliviara su conciencia, con eso establecimos ese vínculo que excede en mucho el trato familiar.
    
    Una tarde, Claudia, se apareció en mi negocio con una excusa trivial, como para no dejar dudas que sus intenciones eran las de tener un momento a solas y poder contarme sus cosas íntimas. Por cortesía le pregunté qué le sucedía…
    
    Cayó el muro de silencio, en una breve plática dejó fluir toda la falta de atenciones, que si bien el esposo es un buen tipo que no les hace faltar nada, carece de esa sensibilidad de los hombres que ...
    ... se ocupan de la mujer, que atienden y entienden sus carencias afectivas y eróticas. La bondad no enamora, porque somos más pasión que razón, ampliando el concepto podría decirse que una mujer “malco” (mal cojida) no puede ser una mujer feliz y sobre todo ser presa fácil para el cazador furtivo que percibe esta debilidad en la mujer ajena.
    
    En pocas palabras se abrió a la confidencia, manifestándose como insatisfecha y desatendida, Miguel no atiende ni entiende sus necesidades, ella en sus jóvenes veintiocho abriles, está cada día más caliente y sin consuelo. Que el buen marido no entiende sus necesidades, que el sexo es solo cuando él viene con ganas, que no son tantas, y tampoco tiene habilidades como para hacerla disfruta, hasta podría contar con los dedos de una mano, y sobran, las veces que tuvo un orgasmo, aunque no fue lo que ella espera que sea.
    
    —Luis… no sé cómo decirte, estoy pasando un momento de angustia que no te puedes imaginan…
    
    —Tranqui, tranquila todo se va solucionar, tu marido va a estar solo es una internación programada, en un semana se vuelven… -abrazo contenedor, su cara pegada a mi pecho, me abraza con fuerza.
    
    —Sí… lo sé, pero… no es eso lo que me tiene mal, no sé cómo decirte… -levantó la vista y me miró de una manera que solo podía ser eso que están pensando, pero por precaución esperé a que ella lo diga.
    
    —Luis, no me aguanto más!!! –rompió en un llanto auténtico de agustia.
    
    Mi pañuelo recogió sus lágrimas, mis manos su cara expresando ...
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