1. Pecado en familia. Hice sentir bien mujer a mi cuñada


    Fecha: 06/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... indefensión e insatisfacción, todo en un mismo gesto y por el mismo motivo. – Luis, no me aguanto más!!!!, cada día estoy más caliente, volver a tu casa fue recordar de qué modo hacían el sexo de cuando recién casados, esos gemidos gloriosos de mi hermana son un motivo de pesar por no haber podido sentir eso. Siempre había soñado con sentir eso, con gozar como como lo hacen otras mujeres, pero por educación y formación no puedo hacerlo, solo he conocido el sexo con Miguel, y ya lo conoces un hombre de tu edad, pero mentalmente siempre fue viejo, aun de joven, el sexo solo es algo convencional, para traer hijos al mundo, me hizo dos y con eso parece haber cumplido con el precepto bíblico, “multiplicaos” y, yo, la mujer no cuenta, en mi placer no piensa nadie…
    
    —No lo has hablado con él, tal vez…
    
    —Lo conoces, sabes como que piensa como mis padres, formados en la misma fábrica de austeridad moral y formación cristiana, de sexo solo meterla y acabar, la materia placer no la cursó. No te imaginas cuantas noche envidié a mi hermana y sus gemidos…
    
    —Bueno… tampoco es para tanto, ella solo durante los primeros años fue así de fogosa, luego con la llegada de los hijos la mujer se convirtió en madre, y el esposo deseable en un amigo que le hace sexo cada vez más espaciado y sin fuego interior. Bueno… lo común de tantas esposas.
    
    —No es lo mío, mi fuego interno cada vez está más avivado y Miguel no usa “su manguera” para apagármelo. –risas cómplices. – vengo a verte por que… ...
    ... porque ya no me aguanto más!!! –otras lágrimas asoman en sus ojos. -Mis labios recibieron esas gotas de rocío del alma. – vengo a verte por que estoy desesperada, no me aguanto más esta calentura que quema por dentro, tengo grabado en mi mente y en mi deseo esas ganas de coger que siempre le envidié a mi hermana, ahora es mi tiempo, no me aguanto, si tu no me aceptas estoy dispuesta a hacerme coger por el primero que se me cruce. Pero vos querés, verdad?, dime que sí porfa!!!
    
    Era harto evidente su decisión y sus ganas de mi carne. Me comió la boca, metió su lengua inquieta en mi boca, esto era un camino de ida, no había vuelta atrás, decidida a sentir el placer del sexo.
    
    La carne es débil, la mía se endureció en su mano. Claudia encendió el deseo, y cómo…
    
    Levanté la falda, busqué sus nalgas, ella liberó la verga. De un manotazo desbrozamos la superficie del escritorio, sentada sobre él, abierta de piernas, separó el borde de la tanga, guió la verga hasta ponerla entre los labios vaginales. Húmeda y jugosa facilita el introito carnal, sus manos en mis caderas impulsan y aceleran la entrada triunfal.
    
    Enchufados hasta el máximo que los cuerpos permiten, nos acoplamos, penetración profunda e intensa, deseada y vivida como pocas veces, el pecado acentúa el deseo y multiplica las sensaciones. Las piernas de Claudia rodean mi cintura, talonea mi espalda cual jinete a su cabalgadura para acelerar el paso. Su conchita tan húmeda tragó todo cuando se la metí, de un golpe y ...