1. Cuando hace frío, los amigos siempre están ahí para cuidarse


    Fecha: 11/11/2019, Categorías: Gays Autor: Marcosol124, Fuente: CuentoRelatos

    ... sacar su bóxer de sus piernas ya su pene no estaba pegado a su cuero por una capa de ropa más, si no que estaba allí flotando. Tenía sus partes bastante poblada de vello. Me sentía como si estuviera observando un gran árbol desde un helicóptero, que se encontraba en medio de un gran bosque de pequeños árboles. Esta vez mis manos no fueron en seguida por el premio mayor, sino que decidieron de ir poco a poco. Las puse primero sobre sus muslos, por donde comenzaba el vello. Y pegando mis dedos a su piel vi cómo estos avanzaban, abriéndose paso entre aquella gran mata de pelo negro, hasta llegar al tallo de su pene. Mis dedos se quedaron un momento allí acariciando todo su vello. Pero unos segundos después comenzaron a deslizarse hasta comenzar a subir por su tronco mientras se cerraban tomando esta forma cilíndrica. Siguieron subiendo hasta que llegaron a la cabeza, la cual estaba bastante húmeda. Cuando mis dedos hicieron contacto con esta se mojaron las instante. Su pene podía medir fácilmente unos dieciocho centímetros. Un tamaño bastante grande considerando que mi única experiencia anterior gay había sido una vez que había decidido ver cómo era el porno gay, aunque no había durado ni treinta segundos viéndolo antes de quitarlo.
    
    Como no sabía muy bien qué hacer, comencé a masturbar su pene. Se sentía raro tener le pene de otro hombre en mis manos. Pero no era un raro malo, sino un raro de curioso. Quise saber qué se sentiría tener otro. Por lo que sin dejar de masturbar a ...
    ... Pedro intenté bajarle el pantalón a Jose con una sola mano. Pero me di cuenta de que esto no era tan fácil, por lo que tuve que solar el pene de Pedro. Y una vez más repetí el mismo proceso que había hecho unos minutos tras con Pedro, pero esta vez sin para a acariciar su pene antes de quitarle el bóxer.
    
    A diferencia de el de Pedro, el pene de Jose estaba perfectamente rasurado, por lo que al mover mi mano sobre su piel no sentí más que el mismo leve raspón que siento al rasurarme la barba. Como esto no se sentía tan rico como pasar la mano sobre los vellos de Pedro decidí volver a dedicare un momento con ambas de mis manos a aquella increíblemente satisfactoria melena.
    
    Jose y Pedro seguían besándose, más apasionadamente de lo que los había visto jamás besarse con alguna chica. Sus manos recorrían sus rostros y de vez en cuando bajaban hasta sus hombros, antes de volver a subir. Como no pareciera que fuera despegarse pronto decidí que debía entreverme como pudiera.
    
    Puse una de mis manos sobre ambos penes, cerrándolos entre mis dedos. Ahora ya no se sentía extraño, era como si mis manos ya se hubiesen acostumbrado a el tacto de los miembros de otros hombres. Mi mano derecha estaba con el pene de Pedro, y mi izquierda con el de Jose. E intentando que fuera al mismo tiempo comencé a masturbar ambos penes. Pero después de unos momentos me di cuenta de que no era tan bueno con mi izquierda, que me costaba un poco más. Así que nuevamente, mientras ellos seguían besándose, ...
«1...345...9»