Nace una perra
Fecha: 11/11/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Tras un primer relato en el que os contaba con fue nuestro primer encuentro, en este compartiremos con vosotros nuestra primera vez. No hace falta repetir que es real y no exagero.
Una vez roto el hielo, mejor dicho fundido con aquél primer beso, nuestras conversaciones giraban una y otra vez al tema sexual y la posibilidad de quedar. Con cada conversación comprobábamos que éramos complementarios.
-¿qué es lo que te gusta en el sexo? - me preguntó Beni. Antes hubiera pensado la respuesta y medido mis palabras, pero tras lo que ocurrió en el bar, ya estaba más tranquila y confiada, lo suficiente para empezar a ser yo y mostrar mi deseo tal cual.
-Me encanta comerme una polla. Me fascina y me excita mucho. Me pongo muy perra.
-Ufff ¿Sabes que una buena mamada me derrite? Es que no me puedo resistir a ese placer. Es muy morboso y excitante. Te imagino delante de mi, arrodillada lamiendo y tragando mi polla mientras me miras. Esa mirada de vicio…es que me estoy poniendo muy burro.
-No sólo comérmela, es que la devoro- le dije yo.- Me olvido de todo.
Por nuestras respectivas agendas era complicado. Por una parte queríamos tener tiempo suficiente para poder disfrutar sin prisa, sin agobio y sin mirar el reloj, pero eso lo hacía más difícil al no poder disponer de ese lapso tan amplio, por otra, las ganas hacían que empezáramos a valorar estar menos pero hacer que fuera de calidad.
La época no era propicia por la cantidad de compromisos que había, pero ...
... finalmente un cambio de última hora nos dejó media tarde disponible.
-El martes que viene tengo libre algo más de dos horas, ¿podrías?. Sé que te aviso con poco tiempo- me dijo Beni. Cuando leí su mensaje el corazón me dio un vuelco, se me aceleró el pulso sólo de pensar que íbamos a pasar de las palabras a los hechos.
- Sí, puedo cambiar un par de cosas y nos vemos. Estoy deseando.- mientras escribía eso mi cabeza ya estaba pensando qué ropa llevaría y descartando cada conjunto que veía.
Mientras llegaba el día, no perdíamos el tiempo. El intercambio de fotos, que en un primer momento era escaso, empezó a aumentar de frecuencia y el tono de las mismas subía. No sabía qué me estaba pasando pero me tenía que masturbar con más frecuencia que antes, varias veces al día, me pasa el día con el coño húmedo y el calor que sentí tras ese primer beso no se me iba. Tenía que tocarme, no me saciaba. Estaba desconocida.
Para calentar más el ambiente, sus fotos eran espectaculares. Todo lo que había imaginado bajo su ropa lo estaba confirmando ahora. Un cuerpo muy definido y musculoso, sin ser hinchado. Ideal para una clase de anatomía, y yo estaba decidida a ser una estudiante muy aplicada.
-Acabo de salir de hacer deporte, este cuerpo está deseando recibir tus atenciones.- era el texto que acompañaba a una foto de su torso desnudo ladeado. Podía ver marcados los abdominales con unos pelos que me volvían loca. Me gustan los hombres, con pelo, no niños depilados, y a él le podía ...