1. El semental de confianza II


    Fecha: 22/11/2019, Categorías: Hetero Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    ... Patricia era como que algo más profunda.
    
    El albañil se deleitaba viendo la danza erótica de la madre de su amante gozando con su pene bien metido, alabándolo, diciéndole cuanto lo gozaba y extrañaba.
    
    “¡Vente papacito!”, le pidió Patricia a Ramón.
    
    “Prefiero en tu fundillo o en tu boca”, contestó Ramón.
    
    “¡Nooooo!, gritó Patricia. ¡Aquí, te quiero aquí!, agregó entre jadeos.
    
    “¡Al ratito te doy lo que quieras!”, le aseguró a Ramón, al tiempo que alcanzaba su clímax. Patricia, como Ana, sabía de la virtud de Ramón de controlar su eyaculación. Se relajó, la tomó por las caderas y empezó a llenar las entrañas de la señora de su abundante y caliente carga.
    
    Patricia se recostó a su lado, tal como lo hacía su hija Ana, previo beso en la boca del albañil.
    
    Se quedaron un rato en silencio, a medida que sus agitados cuerpos se calmaran.
    
    “¿Cuántos años tienes Ramón?”, preguntó Patricia.
    
    “35” contestó Ramón.
    
    “¿Qué sientes de estarte cogiendo a una mujer 15 años mayor que tú?”.
    
    Ramón sonrió y no contestó de inmediato. “Lo mismo que ha de sentir mi hijo de 18 en este momento cogiéndose a tu hija de 27”, pensó.
    
    “Rico, rico, rico”, contestó el albañil. “Muy, muy rico”, recalcó.
    
    Ella esperó un momento, tragó saliva, y se animó:
    
    “¿Cojo mejor que Ana?”, preguntó.
    
    Un escalofrío recorrió su cuerpo, y la volteó a ver. Ella sonreía, con la misma sonrisa de Ana, hasta parecía ver su cara hacer la misma pregunta que le hizo su hija sobre ella.
    
    “Porque no ...
    ... me vengas con que no te la estás cogiendo”, dijo Patricia referente a su única hija casada.
    
    Se rodó hacia él. “Se nota, se siente que te estás tirando a mi hija. ¿Por qué crees que le hago el favor de cuidar a mis nietos tanto? La amo y quiero lo mejor para ella… la mejor verga, por ejemplo.
    
    Ramón no tenía escapatoria sino aceptar.
    
    “Pues… sí”, aceptó el albañil. “Si me la estoy cogiendo y ella cree que te estoy cogiendo a ti”.
    
    “¡Como se atreve!”, dijo Patricia. “¿Le contaste sobre lo nuestro?”.
    
    “¡Claro que no hermosa! ¡Es intuición de ella nada más!”.
    
    “Familia de putas”, pensó Ramón. “Si supiera que sabe hasta detalles. Si supiera que mi hijo se está cogiendo a su hija ahorita”.
    
    Ramón estuvo a punto de confesar lo de Claudia, pero Patricia lo interrumpió.
    
    “¿Hace mucho que te la coges?”, refiriéndose a Ana.
    
    “Menos de la semana”, contestó Ramón. “Nomás aguantó tres días sin su marido. No sé en qué cabeza cabe dejar a semejante belleza sola… y conmigo”, agregó.
    
    “Si, que tonto mi yerno, o a menos que tenga otra o sea medio maricón”, dijo Patricia.
    
    “No, no tiene otra”, le aseguró Ramón. “Lo que pasa es que tiene la verga muy chica y no la llena me dijo Ana”.
    
    “¿Ah sí?”, dijo Patricia. “Tan guapo que está”.
    
    “Si, son una bonita pareja, pero tu hija es una brasa. Lástima belleza, ¿no?”, dijo Ramón.
    
    A media mañana, Ramón sintió hambre y le dijo a Patricia que si podía comer algo.
    
    “¿Qué tal si me comes a mí?”, le contestó., al tiempo que dejó ...
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