1. Lara, una chica muy obediente (2)


    Fecha: 26/11/2019, Categorías: Confesiones Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... brazo.
    
    Juani le puso una mano en la nuca, le aplastó la cara contra el plato y le gritó:
    
    -¡¡¡Come de una buena vez!!!
    
    Lara lloraba con el rostro cubierto de guiso, sintiéndose reducida a la más absoluta degradación.
    
    “No puedo… no puedo dejarlas que… que sigan humillándome así… ¡No puedo!” –se dijo entre sollozos y fue en ese momento que sintió la quemazón del cintarazo en sus nalgas.
    
    -¡Come! –le gritó Eva. Y Lara empezó a comer. Los sollozos le atenazaban la garganta haciéndole muy dificultoso tragar cada bocado de ese guiso que así, frío, le sabía repugnante. Sus lágrimas se le mezclaban en su cara con la comida que poco a poco iba desapareciendo del plato para regocijo de sus torturadoras.
    
    Por fin no quedó nada en el plato y entonces Eva la puso de pie tomándola de un brazo:
    
    -Muy bien, perrita, muy bien. Así será siempre: nosotras ordenamos y tú obedeces. –le dijo con una expresión triunfal en su rostro mientras Lara, humilladísima, se abandonaba a esos sollozos que la tenían temblando de pies a cabeza.
    
    -Ahora vete a lavar la cara y vuelve enseguida, porque te vamos a dar el premio que te ganaste por haber sido tan buena niña. –le ordenó Juani con un guiño a su compañera.
    
    Una vez en el baño Lara dio rienda suelta a su angustia por haber sido sometida a semejante humillación. Lloró y lloró repitiéndose una y otra vez que hasta allí había llegado su mansedumbre.
    
    “No puedo soportar más…” -se dijo mientras se secaba la cara luego de haberla ...
    ... limpiado de los restos del guiso. “Tengo que pensar la forma de conseguir que me saquen de esta habitación…”
    
    En ese momento sonaron unos golpes en la puerta:
    
    -¡Sal de allí de una buena vez! –la apremió Eva provocándole un sobresalto. Terminó de secarse y al volver al cuarto vio a Eva y a Juani desnudas, exhibiendo sus cuerpos firmes, plenos de mórbidas redondeces. Les echó una mirada fugaz y fue hasta su cama, donde había quedado su ropa. Tomó la camisa con intención de volver a vestirse, pero Eva la detuvo:
    
    -Qué, ¿quieres privarnos del placer de contemplarte así, desnudita?
    
    Juani la tomó de un brazo:
    
    -Guarda esa ropa y la nuestra en los closets y ponte a hacer las camas, doncella.
    
    -¡No soy vuestra sierva para que me pongan a trabajar! –se indignó Lara cada vez más dispuesta a dar término a tan humillante situación.
    
    Eva y Juani se miraron y fue la rubia quien cruzó el rostro de Lara de una bofetada. La atribulada niña, furiosa y asustada a la vez trató de librarse de la mano de Juani, pero la morena la retuvo con más fuerza aún.
    
    -Así que, retobándote, ¿eh?... –le dijo mientras le sujetaba también el otro brazo ofreciéndola indefensa a Eva.
    
    -¡Déjenme! ¡Déjenme! –suplicó Lara procurando soltarse.
    
    -¿Sabes una cosa? –le dijo la rubia. –Me excitan tus corcovos. –y extendió sus manos hacia las deliciosas tetitas de su presa.
    
    -¡No! ¡No!... –gritó Lara revolviéndose sujeta por Juani.
    
    -Calma, niña, calma. –le dijo la morena. –Por mucho que lo intentes no ...
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