1. Maria, la barbie madura


    Fecha: 29/11/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Pensaba que era algún pesado que quería pasar y al girarme me encontré con una cara familiar sonriéndome de oreja a oreja. Era María! Jamás habíamos coincidido en ningún lugar fuera del bar.
    
    - Que alegría verte!!! Hemos ido a cenar con otra pareja y nos hemos metido aquí dentro sin saber ni donde entrábamos jajaja. Mi marido está agobiadísimo y ya nos íbamos. Esto ya no es para nosostros - Me dijo con su gran sonrisa después de darme dos besos.
    
    Tenía los ojos brillantes y se le notaba esa chispilla que provoca el alcohol. Al momento apareció su marido y me dio la mano. Habíamos hablado varias veces en el bar. Tenía cara de aburrido, como siempre.
    
    - Me dice María que ya os vais? Dejadme que os invite a una copa, hombre!
    
    - Lo siento, estoy muy cansado y tengo ganas de irme a casa. Me agobian estos sitios con tanta gente. Tal vez otro día...
    
    - Pues yo tengo ganas de tomarme otra copa y bailar un poco, - saltó María- y Marta (la mujer de la otra pareja) también!
    
    Se retiraron unos metros los cuatro y María volvió con Marta a los cinco minutos, mientras los dos maridos se dirigían a la salida levantando la mano diciéndome adiós.
    
    - Una copa y nos vamos, que para una vez que salimos no me quiero quedar con las ganas! Además, si me meto ahora en la cama con lo que he bebido, no podré dormir.
    
    - Eso está hecho!
    
    Cuando por fin conseguí que el camarero me hiciera casa veo que la amiga de María da media vuelta y se marcha del local.
    
    - Qué ha pasado?
    
    - ...
    ... Se lo ha pensado mejor. Prefiere no tener broncas con su marido cuando llegue a casa... Suerte que el mío es muy comprensivo. Bueno, despreocupado sería más correcto.
    
    A todo esto mi amigo Alberto ya estaba en la pista de baile revoloteando a ver que podía pillar, así que ahí estábamos María y yo solos en la barra esperando que nos sirvieran un par de gintonics. Entonces me fijé en cómo iba vestida. Llevaba una blusa plateada muy ajustada, con botones desde la altura del ombligo hasta el cuello, todos abrochados menos el último. La blusa resaltaba sus curvas y su silueta, y sobre todo marcaba perfectamente sus pechos... dos globos de tamaño enorme desafiando la ley de la gravedad y apuntando directamente hacia mí. Llevaba unas mallas negras ajustadas, escondidas a la altura de la rodilla por unas botas marrones con unos pequeños tacones que estilizaban su figura. Y como olía! Su olor es indescriptible. El estar cerca de ella y poder oler su pelo, su aroma... era increíble.
    
    El camarero nos sirvió las copas y, ante mi sorpresa, María se bebió la suya en dos tragos y pidió dos chupitos y dos gintonics más. No daba crédito a lo que veía. Me bebí mi copa tan rápido como pude y nos tomamos los chupitos. Con la segunda copa en la mano me preguntó si íbamos a la pista de baile. Me agarró de la cintura y fuimos a bailar. Ya en la pista los tíos no paraban de acercarse e intentar bailar con ella. Algunos incluso la manoseaban disimuladamente, pero ella no se inmutaba. Bailaba ...
«1234...12»