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El Demonio de mi Hijo
Fecha: 12/12/2019, Categorías: Sexo con Maduras Tabú Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... de golpe, pues al principio me pareció demasiado atrevimiento por mi parte y me tapaba enseguida, pero a partir de la tercera vez separaba tanto las piernas que notaba que se me abría la vagina. Entonces el morbo y la excitación que me invadía eran tan potentes que nada más “reaparecer” mi hijo de debajo de la mesa, yo me levantaba y me iba al aseo de la planta baja a masturbarme mientras en mi cabeza imaginaba todo tipo de perversiones, alcanzando unos orgasmos tan fuertes que el día en que Lucas no “jugaba” me sentía desilusionada y un poco deprimida.Así hasta que una de las veces que subí a mi habitación con la excusa de que me había manchado la falda se desató el infierno para mí. Entré en el cuarto de baño, me senté en la taza y empecé a tocarme el sexo que ya tenía empapado. Entonces me fijé que tenía “algo” sobre el zapato, pasé el dedo por encima para limpiarme y al acercármelo a la nariz comprendí inmediatamente de qué se trataba. Su olor penetrante y el tacto pegajoso eran inconfundibles; mi hijo me había salpicado de lefa.Me excité de tal manera que me la restregué por la vulva metiéndome dos dedos en la vagina al tiempo que me frotaba el clítoris desesperadamente. Esa vez alcancé un orgasmo brutal que me dejó sin fuerzas unos minutos y me meé literalmente de gusto.Salí de baño con las piernas temblorosas y me quité la falda quedándome en braguitas. Mirándome en el espejo intenté comprender por qué Lucas se excitaba de esa manera conmigo. Tenía una buena figura ...
... para ser una cuarentona y aunque el paso de los años se notaba en mi rostro, aún me veía bastante guapa, aparte de eso no vi nada más porque yo me veía con ojos de mujer no con los de un hombre.Saqué unos vaqueros del armario y al cerrar la puerta del mismo di un grito asustada al ver a mi hijo parado en la puerta de la habitación, contemplándome a la vez que tocándose el paquete; toda la excitación de minutos antes quedó olvidada en un instante.—Eres idiota o qué, me has dado un susto de muerte.—Lo siento mamá, simplemente miro lo buena que estás.—¡Vaya! Parece que ya vuelves a hablarme.—Sí.—Pues no se te ocurra decirme esas cosas otra vez.—Te las digo porque es verdad.—Lucas no sigas por ahí, porque eso más propio de una enfermedad.—No estoy enfermo mamá.—¿A no? ¿te parece normal mirarme como lo haces tú y encima tocándote ahí?—No tengo la culpa de que me pongas cachondo.—Te he dicho que no me hables así, que te doy un bofetón, ¡vete ahora mismo! Y cuando venga tu padre hablaremos.—Como quieras— contestó él dándose la vuelta.Cerré la puerta de mi habitación y me senté sobre la cama. Tan alterada que el corazón casi se me salía del pecho y entonces recapacité. Asustada por los acontecimientos a los que había contribuido como una tonta. Ahora ya no me excitaba, me resultaba asqueroso ver que se había empalmado. Y es que una cosa era mirar sin ser vista y otra muy distinta ver cómo se tocaba la abultada entrepierna mientras me miraba a mí. Cabreada conmigo misma y avergonzada me ...