1. El Demonio de mi Hijo


    Fecha: 12/12/2019, Categorías: Sexo con Maduras Tabú Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... bragas. Me hizo gracia pues era la típica travesura de un niño pequeño. Podía haberle regañado en ese momento pero no lo hice.El caso es que Lucas se entretenía cada vez más debajo de la mesa y eso a mí me excitaba; quizá por eso no le regañé, no lo sé. Una de las veces que miré con mucho disimulo le vi de rodillas tocándose el paquete como un salido, ya iba a saltar pero al ver que se bajaba la cremallera de la bragueta me detuve porque en el fondo deseaba volver a mirar ese pene grande y gordo. En ese momento no lo supe pero ahora estoy segura de que ese fue el motivo.Pues bien, de la bragueta abierta extrajo su pene, más grande y más gordo que la última vez que se lo vi por accidente y comenzó a tocárselo. Las mejillas me ardieron inmediatamente de vergüenza. Bebí un poco de agua para calmar el ardor de mi cara y cuando me repuse un poco volví a mirar. Ahora Lucas se masturbaba lentamente y el pene se le ponía cada vez más gordo y más tieso, me llamó la atención la cabeza tan gorda que tenía, era preciosa.Si fiera su madre podría estar horas mirándole ese maravilloso pene pero se antepuso mi carácter. De verdad que me dieron ganas de saltar y montarle una gorda pero acordándome de las palabras de Mariano (“eres mujer y no entiendes las necesidades de un chico de su edad”) opté por no hacer nada y haciendo un esfuerzo me obligué a procurar un “desahogo” a mi hijo. Lo hice porque ante todo soy su madre y me preocupa su bien estar.Separé un poco más las piernas dándole la ...
    ... oportunidad de verme mejor la entrepierna. Al fin y al cabo se trataba de una acción inocente, ausente de maldad pues en cuanto terminara de comer pensaba subir a mi habitación para cambiarme la falda por unos vaqueros y listo.Armándome de paciencia me hice la distraída viendo la televisión hasta que mi hijo terminara con lo que estuviera haciendo; aunque de sobras lo sabía. Al poco tiempo Lucas apareció de debajo de la mesa con el cubierto en la mano. Su aspecto era de cansancio y felicidad al mismo tiempo. Y yo nada más terminar de comer subí a mi habitación simulando haberme manchado la falda.Esta situación no sucedía todos los días si no de vez en cuando, pero al cabo de un año la cosa se me fue de las manos y se descontroló. Yo tuve la culpa, lo reconozco. Nunca debí llegar a tanto. He pensado muchas veces en ello y lo único que se me ocurre es que quizá me traicionó el subconsciente. En cualquier caso no tengo defensa posible, hice lo que hice y la cosa se torció.Sucedió que con el “jueguecito” del cubierto caído acabé participando activamente, tal como suena. Primero rascándome el sexo por encima de las bragas disimuladamente cuando él estaba debajo de la mesa, dándome cuenta de que al hacerlo Lucas tardaba menos tiempo en “aparecer”. Ya se imaginan por qué.Encima me hacía gracia que yo misma me excitara con este juego. No veía el peligro hasta que fue tarde y caí en mi propia trampa. Lo siguiente que hice fue apartarme las bragas mostrándole mi sexo a Lucas. No lo hice ...
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