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El Demonio de mi Hijo
Fecha: 12/12/2019, Categorías: Sexo con Maduras Tabú Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... pecho y al mismo tiempo separé las piernas preparándome para lo que vendría después. La mano de Lucas se acopló perfectamente a mi entrepierna. Le dije que no siguiera, le supliqué que no me tocara pero él hacía todo lo contrario de lo que le decía. Entré en una espiral de placer de la que ni podía, ni quería escapar, dándome cuenta de que a medida que él forzaba mi voluntad mi placer se disparaba a cotas muy altas.Mi hijo que no es tonto se dio cuenta de lo que me ocurría. Me giró bruscamente encarándome con él y mientras me besaba en la boca sus manos amasaban sin contemplaciones mis nalgas. A veces lograba separarme de su boca para rogarle que no siguiera, él me sujetaba la nuca con una mano y volvía a comerme la boca. Jugamos así un rato hasta que mi hijo se hartó y me metió un dedo en el culo. Me quedé quieta aunque no me hacía daño y se aprovechó para morrearme apasionadamente. La lengua de mi hijo se movía deliciosamente dentro de mi boca, igual que su dedo dentro de mi culo. Saboreé y tragué su saliva igual que él la mía. Noté que estaba muy duro y mis manos aferraron su pene por encima de su pantalón para apretarlo y gozar de su dureza. Me apasioné tanto que interrumpí todo para desabrocharle el pantalón vaquero con manos nerviosas. Sólo una vez logré despegarme de su boca para suplicarle que no me obligara a hacer lo que estaba haciendo.Él no decía nada, ambos sabíamos lo que nos traíamos entre manos. Cuando su pantalón y sus calzoncillos llegaron a sus tobillos ...
... me agaché para sacárselos por los pies aprovechando la ocasión para chuparle el tieso pene. Mi hijo guió mi cara hasta sus testículos, los cuales besé y lamí con verdadera ansia. Pasado un ratito me puso de pie y empezó a desnudarme dejándome puestas las braguitas. Entonces volvió a besarme en la boca, me agarré a él y perdí el mundo de vista durante todo el beso. Bajándome las braguitas le volví a suplicar que no lo hiciera, que me respetara, no me hizo caso y levanté un pie y luego otro para que me las sacara. Iba a lamerme el sexo pero yo tenía tanta prisa por sentirle dentro de mí que tímidamente le dije que no hacía falta. Me entendió, me dio la vuelta y me inclinó hacia delante contra la encimera sobre la que me apoyé. Casi inmediatamente noté que me penetraba hasta el fondo de una sola vez. No hubo brusquedades gracias a lo lubricada que estaba, por lo que di un prolongado gemido de placer y sin mediar palabra comenzó a follarme. No paró hasta que me corrí. Dejó pasar unos minutos para que me recuperara acariciándome o besándome. Cuando creyó que ya estaba lista me sentó sobre la encimera. Sin que me dijera nada separé bastante las piernas para darle cobijo. Mi hijo se pegó a mí, me la metió hasta el fondo otra vez y nuevamente gemí al sentirle dentro de mí.Esta vez empezó el coito con penetraciones profundas, al poco empecé a emitir los consiguientes jadeos mezclados con algún “ay” pero no de dolor sino todo lo contrario.—Lo siento mamá no pretendo hacerte daño. —se ...