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La reeducación de Areana (5)
Fecha: 14/12/2019, Categorías: Gays Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
La mujerona depositó la bandeja ante Amalia, que había dormido desnuda, y no pudo evitar clavar la mirada en esos senos que se mantenían aún bastante firmes y lozanos. A Amalia no le pasó desapercibida esa mirada y su significado. Sabía del deseo que su asistente sentía por ella y que no era correspondido, pero pasó por alto el atrevimiento y preguntó por la pupila. -Está bien, señora, esta mañana le llevamos su desayuno, un yogurt con cereales que tomó como corresponde. –informó Marisa. -En cuatro patas. -Exacto, señora. -¿Está tranquila? -Se asusta cuando nos ve llegar, pero luego se calma un poco cuando ve que no le hacemos nada. -Bien, traémela. -ordenó Amalia y empezó a dar cuenta de su desayuno. La pupila entró poco después, en cuatro patas y llevada de la cadena del collar por la asistente. Pasaron unos segundos y en un momento levantó el rostro y miró a Amalia, que la observaba en silencio mientras bebía el jugo de naranjas. El rostro de la pupila expresaba turbación y nerviosismo. -Retirate, Marisa. -Bien, señora. –dijo la asistente y abandonó la habitación tras echar una última mirada caliente a la pupila. -Acercate, cachorra. –ordenó Amalia y Areana obedeció sin alzar la cabeza. Se sentía a la vez temerosa y excitada ante Amalia. Esa mujer la trascendía con su forma de ser totalmente opuesta a su madre: autoritaria, firme, visiblemente acostumbrada a mandar y ser obedecida. Areana se sentía vulnerada en toda la lógica fragilidad ...
... de su ser adolescente por esa mujer. Finalmente Amalia depositó la bandeja en el piso, apartó las sábanas y salió del lecho para plantarse ante la pupila en toda la majestuosidad de su figura imponente. Areana advirtió que estaba desnuda y tuvo que vencer el impulso de mirarla mientras había comenzado a temblar. Amalia se dio cuenta, sonrió malévolamente y dijo: -Vas a bañarme, mocosa. El temblor de Areana se transformó súbitamente en un estremecimiento. -¿Có… cómo, señora? -Oíste perfectamente. Andá a abrir la ducha, probá la temperatura del agua y fijate que esté todo lo necesario: la toalla, el toallón, el jabón, la esponja, el champú y la crema enjuague. Andá. ¡Vamos! ¡movete! Y cuando esté todo listo volvé. -Sí… Sí, señora… -dijo Areana con un hilo de voz mientras se dirigía hacia el cuarto de baño. Una vez allí y con la piel erizada comprobó que estaban listos todos los elementos mencionados por Amalia y regresó a la habitación, siempre en cuatro patas y con la vista fija en el piso. -Ya está, señora. -Bien. –dijo Amalia y tomando la cadena del collar llevó a Areana al baño mientras apreciaba las caderas de la niña, ampliadas por la postura. Probó con una mano la temperatura del agua y se metió en la amplia bañera. -Vamos, metete y empezá. –ordenó. Areana vaciló un instante, se metió en la bañera y al fin preguntó con voz trémula y siempre con la cabeza gacha: -¿Prefiere que… que empiece por alguna parte de su cuerpo en especial, ...