1. La reeducación de Areana (5)


    Fecha: 14/12/2019, Categorías: Gays Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... señora?
    
    -Por los pies. -fue la respuesta. Areana tomó el jabón, la esponja y sintiendo las mejillas ardiendo comenzó con la tarea arrodillada ante Amalia. Había un torbellino en el interior de Areana mientras enjabonaba lentamente los pies de su reeducadora. Sensaciones violentas y encontradas que la estremecían y obligaban a hacer un gran e inútil esfuerzo para controlarse: humillación, temor, calentura… Temblaba sin poder evitarlo y de pronto escuchó la orden de Amalia:
    
    -Ahora las piernas.
    
    Y fue subiendo con la esponja por una y otra de esas columnas largas y bien torneanas. Y llegó a los muslos, gruesos, blancos y firmes todavía. Y llegó a la altura de las ingles y cuando la tensión estaba a punto de hacerla estallar por dentro, llegó la siguiente orden:
    
    -Las nalgas. –precisó Amalia y giró para darle la espalda a su pupila. Areana no pudo sino admirar la belleza de esa grupa airosamente a salvo de los años y respirando agitadamente se puso a enjabonarlas en toda su superficie y por último hundiendo la esponja entre ellas, para ocuparse de la entrada del ano.
    
    “Dios mío, ¡¿qué me pasa?!” se preguntó angustiada por lo que estaba sintiendo y oprimió con fuerza la esponja hasta que la voz dura de Amalia la sacudió:
    
    -¡Vamos! ¡No voy a estar acá todo el día! ¡Vamos! –y entonces comenzó a pasar la esponja por la amplia grupa hasta que escuchó otra orden:
    
    -Ahora la espalda.
    
    Entonces recargó la esponja con más jabón y se abocó a ese triángulo con base en ...
    ... los hombros y cúspide invertida en la cintura, sin adiposidades. Había tenido que pedir permiso para ponerse de pie, dada la altura de la zona a enjabonar, y estaba ahora vertical y muy cerca del otro cuerpo que olía a jabón perfumado.
    
    “¡No puede ser! ¡No puede ser!” se repetía angustiada tratando de negar inútilmente lo que estaba sintiendo mientras se deba cuenta de que había empezado a mojarse y no precisamente con agua.
    
    -El torso. –dijo de pronto Amalia y volvió a girar para quedar de frente a la pupila.
    
    Areana bajo la cabeza y sus ojos no pudieron evitar deslizarse furtivamente por las tetas de Amalia.
    
    “¡No quiero ser lesbiana! ¡No quiero!” se dijo ingenuamente mientras deslizaba la esponja enjabonada por el torso de su reeducadora, desde el vientre hacia arriba hasta llegar a las tetas. Vio que los pezones estaban erectos y creyó volverse loca cuando sintió el deseo de chuparlos. Cerró los ojos, con los párpados bien apretados y enjabonó ambas tetas con movimiento nerviosos hasta que Amalia se acostó de espaldas en la bañera, encogió las piernas y luego de separar sus rodillas dijo:
    
    -Bueno, mocosa, la concha… Vamos…
    
    Areana fijó sus ojos como bajo un estado de hipnosis en esa vagina rasurada y comenzó a deslizar la esponja por los labios externos hasta que Amalia los entreabrió con sus dedos y dijo:
    
    -Adentro, chiquita… Enjaboname adentro…
    
    Areana estaba por meter la esponja entre esos labios cuando Amalia le dijo:
    
    -No, nena, con la esponja no… ...
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