1. La historia de Malena 14


    Fecha: 15/12/2019, Categorías: Incesto Autor: relator23, Fuente: CuentoRelatos

    ... finalizar el recorrido que ella le había ordenado, se sorprendió agradablemente y sonrió: sentado en el tercer peldaño de la escalera, que daba frente con frente a la puerta del ascensor, estaba Felipe con sus extraviados zapatos en la mano.
    
    Sonreída, caminó los pocos pasos que la separaban de él y sin palabras ni saludos, se sentó a su lado, como era habitual en ella hacer sus cosas: en silencio y con lentitud sensual sin quitarle los ojos de encima.
    
    Logró sentarse, (a pesar de las dificultades sumadas de su corta y ajustada falda, que impedía la fluidez de sus movimientos, y el estado etílicamente engorroso que la acompañaba desde la mañana) en uno de los peldaños más bajos, por lo cual, sus piernas quedaron en tal posición que cualquiera que desembocara por la puerta del ascensor tendría una espléndida vista de sus atributos más allá del límite aceptado comúnmente.
    
    Sus secretos íntimos quedaron a la vista mientras ella trataba de arreglarse, pero era imposible, trató de levantarse para estirar la faldita y fue peor, pues tuvo que abrir un poco sus piernas y sus muslos se mostraron desde el comienzo hasta el final… hasta allá donde la unión de las piernas las hacen cambiar de nombre y hace: ¡miau!…en ese momento, precisamente en ese instante, indefectiblemente… la puerta del ascensor se abrió y el hombre que surgió de él no pudo evitar ver los encantos que ante sus ojos ella desplegaba.
    
    El espectáculo inolvidable de lo que Malena mostraba lo trastornó por un ...
    ... instante y se reflejó en su cara congestionada; su gesto paralizado, le impidió apartar por unos momentos su mirada de la visión que la casualidad le ofrecía.
    
    Malena automáticamente trató de arreglar el asunto acomodando mejor sus piernas, pero el daño ya estaba hecho.
    
    El impacto que causó su alborotada belleza quedó grabado en el rostro y en el recuerdo desu vecino/ salvador /abandonado, como ella llamaba al muchacho que la había auxiliado el nefasto día del aborto.
    
    Él, precisamente, fue quien había salido del ascensor.
    
    -¡menos mal que es él y no otro! Logró registrar Malena este pensamiento, mientras lo saludaba con un “hola”, un gesto de su mano y con una sonrisa de vergüenza y justificación.
    
    Felipe había presenciado la escena y la actividad de ambos protagonistas con mucha atención, sonriendo divertido y plácido. El muchacho ya se había alejado de ellos y procuraba abrir la puerta de su apartamento cuando él le extendió sus recuperadas zapatillas. Ella los tomó aun perturbada por la escena que acababa de propiciar e intentó ponérselos antes de levantarse, pero no lo logró debido a sus nervios y posición comprometida.
    
    --quédate así, le dijo Felipe aun sonriente, los vas a ensuciar por dentro con tus asquerosos piececitos… además de que los vas a esconder dentro de tus zapatos y no podré seguir mirándolos…son tan bonitos…
    
    -¿cómo diste con mi dirección? Preguntó ella, que ya había renunciado a la imposibilidad técnica de calzarse, antes de que él se lo ...