1. Mis compañeros me convirtieron en Camila (III)


    Fecha: 20/12/2019, Categorías: Incesto Autor: camitv, Fuente: CuentoRelatos

    ... almohada bajo mi vientre me elevo las caderas para facilitar la penetración, separo mis piernas y sin preámbulo alguno dejo toda delicadeza para penetrarme con fuerza y animalidad. Solté un grito que me imagino que se escucho en toda la casa, de un solo golpe la había metido toda hasta el fondo, al parecer tanto juego lo había excitado mucho; empezó el movimiento con rapidez sin darme tiempo a nada, con lo salvaje de la situación comencé a gritar con fuerza. Mis nalgas se movían a cada embestida y mi cuerpo botaba en la cama, mi cabello caía sobre mi cara. Manuel me tomo de las caderas y se apretó con más fuerza, dio su embestida final y como siempre sentí los chorros de leche correr; Manuel jadeo y se dejo caer sobre mí. Al terminar de llegar se separo. Pensé que todo terminaría allí, no fue así, de inmediato Manuel comenzó nuevamente con el besuqueo, buscaba mis labios mientras recorría mi cuerpo con sus manos, siguió con el juego y mientras lo hacía pude darme cuenta que su verga comenzaba poco a poco a ponerse a un más dura que antes, hasta estar nuevamente erecta y ...
    ... buscando penetrarme. Me tomo de las manos y colocándose entre mis piernas me levanto en vilo y me penetro nuevamente; Manuel estaba desbocado. Eran casi las 4 de la tarde cuando termino conmigo, volví a ser su juguete una vez mas y luego me dejo en la cama jadeante mientras se vestía.
    
    —¡vístete! comeremos algo y luego te dejara en casa
    
    Su orden era directa, tome mi ropa y me dirigí al baño para ducharme rápido; al verlo, Manuel me tomo de la muñeca y me detuvo, con autoridad me ordeno que me vistiera de inmediato allí, lo vi a los ojos y obedecí, al terminar bajamos al comedor donde nos sirvieron la comida, la incomodidad era enorme, toda la servidumbre de Manuel me veía, nos habían escuchado y yo no sabía dónde esconderme, baje la cara y me sonroje tratando de comer sin verlos directamente; Manuel se comportaba como si nada hubiese pasado. Treinta minutos después nos encontrábamos en el auto camino a casa. Yo miraba por la ventana y pensaba lo largos que habían sido los últimos dos días.
    
    Espero les hayan gustado mis relatos, cuídense, ya saben comentarios a[email protected] 
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