Pefil bajo
Fecha: 15/09/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Lidia?
Mucho, responde él
Ella acerca su respiración a aquel enrojecido glande y lo calza en su boca.
- Esta delicioso, mi amor!
¿De verdad? ¿Eso era lo que se te antojaba hacer?
- Eso y algo más, mi amor.
¿Qué más?
- Reclina tus piernas contra tu pecho, responde ella
Pepe obedece; su endurecida verga se oculta entre sus muslos y entonces sus nalgas se levantan, dejan ver algo de vellosidad, pero además su ano queda expuesto, Lidia sonríe, le encanta ese espectáculo.
Ella continúa con aquella felatio, con intervalos su lengua se sale del camino y se va en dirección sur, hasta acercarse a un par de bolas que se contraen y se expanden por el placer, como un juego de péndulos; las lame, juega con ella, se las mete a la boca.
A Pepe se le eriza cada uno de los vellos que se encuentran frente al mentón de Lidia, ella continúa con aquel recorrido y baja otro poquito más; se detiene justo en el espacio que hay entre los testículos y el ano de Pepe, quien recién repara en lo erógena que es esa zona, una sensación totalmente agradable y desconocida.
- ¿Te gusta?
Sí, me gusta porque lo haces tú, eso no es de nadie más.
Entonces ella se humedece los labios con su lengua y la acerca a ese virgen lugar, lo humedece, le da de su aliento, Pepe cierra sus ojos y duda por un momento, jamás le sucedió esto.
Lidia hace círculos con su lengua alrededor de la cueva de Pepe, cuyo vientre se contrae del placer,.
¿Estas bien?
Si, responde ...
... él
Entonces Lidia empuja las piernas de Pepe otro poco más hacia atrás y toda la humanidad de su amante queda a su alcance, introduce su lengua otro poco y luego otro poco más. Lidia está excitadísima, está realizando uno de sus más secretos deseos, ha aguardado por esto desde sus días de despertar sexual.
Así arrodillada como está, consigue abrir sus piernas e introduce un dedo índice en su vulva, está aún más húmeda que momentos atrás; acerca ese dedo a Pepe y le da de beber aquel fluido, mientras empieza a masturbarlo deliciosamente; su lengua no ha dejado de horadar la cola de Pepe.
Se detiene por un instante y pregunta
- ¿Estás listo?
Hace rato, responde él
Entonces ella, repite el ritual una vez más, entierra su dedo índice en su vulva y le da de beber el fluido a Pepe; ya no pregunta esta vez, solo vuelve a empuñar aquel falo y juega con él, lo lleva una y otra vez en movimiento vertical; lo masturba al punto que el glande de Pepe ha quedado completamente rojo, sus bolas van de un lado para el otro y su ano está siendo invadido al mismo tiempo de un placentero ritual.
El éxtasis no se deja esperar, Lidia no ha dejado de lamer, siente el murmullo de aquella erupción que ya llega, escucha el gemido de Pepe, ella tampoco quiere esperar a más
Un volcán lácteo alcanza su frente, Pepe lanza un gemido intenso y eso abre las compuertas de Lidia; ella se viene con un chorro de orines lechosos, su lengua ha dividido funciones entre chillidos y lambetazos al hoyito de ...