1. Mi cuñada, su deliciosa hija y mi suegra alcahueta (Parte I)


    Fecha: 02/01/2020, Categorías: Anal Autor: sensurado75, Fuente: CuentoRelatos

    ... que aún le quedaba, recogió su ropa y corrió para el baño a vestirse, mientras yo rápidamente me subía el pantalón y me ponía la camisa.
    
    Cuando mi suegra llego al segundo piso encontró todo normal, mi sobrina en el baño y yo en el comedor esperándola para seguir con las clases de química, que realmente ella ya no necesitaba.
    
    Y es que todo había comenzado hace trece años, en ese entonces yo tenía 22 años igual que mi esposa, mi cuñada tenía 20 y la pequeña Daniela tenía 5.
    
    Paola vivía con su esposo Yhon quien era como diez años mayor que ella y al que todos odiaban porque consideraban un abusador.
    
    Yhon quien trabajaba en una empresa de transporte y quien trabajaba muy duro para que a su esposa y a su niña no les faltara nada no dejaba trabajar a su esposa porque no quería que le pusiera los cachos con el primer man que viera, por eso la tenía muy controlada y se la llevaba a trabajar con él, dejando a la niña bajo el cuidado de mi suegra quien fue como su verdadera mamá, sin embargo cuando eran viajes largos él no la podía llevar y ella se tenía que quedar con la niña.
    
    Mi esposa estaba embarazada y habíamos decidido que nuestra hija naciera en un hogar ya conformado así que nos fuimos a vivir juntos y se nos ocurrió que podíamos compartir el mismo apartamento con mi cuñada y su esposo ya que esto nos reduciría los gastos a todos.
    
    Pronto a mi esposa le diagnosticaron un embarazo de alto riesgo y le recomendaron que pasara todo el embarazo en cama, entonces ...
    ... ella pensó que la persona que mejor la podía cuidar era su mamá y se fue a vivir nuevamente a su casa, dejándome solo con su hermanita Paola.
    
    Yo trabajaba por la tarde así que en la mañana yo la iba a visitar, pero con el tiempo mi esposa se puso muy agresiva con migo por los malestares del embarazo y culpándome por el hecho de estar embarazada motivo por el cual discutíamos, pero ella no media sus palabras y me trataba muy mal, algo de lo que mis cuñadas y mi suegra se daban cuenta.
    
    Yo deje de visitarla tan seguido y con el tiempo la abstinencia sexual y la soledad me fueron pasando factura.
    
    Por las mañanas muy temprano, mi cuñada salía con su esposo a trabajar y a llevar a la niña al jardín o donde su abuela y yo me levantaba tarde para ir a trabajar siempre con una gran erección y cada vez más necesitado de sexo.
    
    Con el tiempo me fui dejando llevar por mi impulso exhibicionista y empecé a caminar desnudo por la casa, luciendo mi gran erección y masturbándome en cualquier rincón.
    
    Pero esto ya no era suficiente, yo necesitaba una mujer de verdad y ni por más pajas que me hacía se me quitaba esta sensación de sequía.
    
    Un día mi cuñada dejo una tanguita con transparencia secando en el baño, lo cual me enfermó más, pues me puso a imaginarme a mi cuñada con esta puesta, y en lo afortunado que era su marido al podérsela comer cuando él quisiera.
    
    Como era de esperarse me masturbe con su tanguita y sin lavarla ni nada la deje entre su balde de ropa sucia.
    
    Con el ...
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