Las desventuras de Elena (4)
Fecha: 07/01/2020,
Categorías:
Intercambios
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... debidamente el hermoso espectáculo que ofrecían desnudas, mirando al frente, con las piernas juntas y las manos en la nuca. Wanda empuñaba una vara y le sonreía desde el final de la fila.
Julia comenzó la recorrida, excitada ante tanta belleza femenina reunida para ella. Las había de diversos tipos y edades, rubias, morenas, pelirrojas, muy jovencitas y no tanto, pero todas unidas por el denominador común de sus atractivos físicos. Se detenía ante cada una y mientras la observaba minuciosamente Wanda iba dándole cierta información básica.
-Marcela, 32 años, casada y madre de dos hijos de 6 y 8. La capturamos hace seis meses en el pub, donde una amiga que es miembro del Club la llevó con el pretexto de ver si organizaban allí la despedida de soltera de otra amiga de ambas.
-Paula, 26 años, soltera, hace un año se había empleado como secretaria de uno de los miembros del Club que la entregó una semana después.
-Mariela, 26 años, soltera, tuvo la desdicha de enamorarse de un compañero de trabajo que es integrante del Club y le hizo el papel de novio durante un tiempo hasta que hace dos meses la entregó.
-Laura, 22 años, soltera, la capturamos hace tres meses una noche, tarde, a la salida de su trabajo, donde se había quedado haciendo horas extras.
Patricia, 19 años, soltera, era empleada administrativa en la fábrica de un miembro del Club que la entregó hace cinco meses.
Julia había llegado a la última de la fila, una jovencita deliciosa y con el miedo ...
... reflejado en sus grandes ojos verdes que fijó por un segundo en la gorda, para después retirarlos con una expresión de susto en su rostro de facciones aniñadas.
-Ella es Agustina, 18 añitos y con sólo dos meses en el Club. Fue atrapada una noche a la salida de la facultad mientras esperaba el colectivo para volver a su casa.
Julia la envolvió de arriba abajo en una mirada caliente. "¡Es un bomboncito!", se dijo. La chica era de estatura media, rubia de pelo lacio hasta los hombros y más bien delgadita, aunque sus formas tenían una armonía perfecta. A Julia le fascinaron sus tetas más bien pequeñas, paraditas y de pezones rosados en medio de aureolas grandes y suaves. Tenía una cintura muy estrecha, caderas de curvas discretas y las piernas largas, de rodillas finas y muslos admirablemente torneados y cubiertos por una apenas perceptible pelusita rubia sobre la piel clara y tersa.
-¡Ahora giren y muéstrenle el culo al Ama Julia! –ordenó Wanda y las esclavas obedecieron.
Julia apenas miró esas grupas. Estaba fascinada por Agustina y se concentró en su culito empinado, redondo y firme. Por un segundo sintió el impulso de palparlo, pero se contuvo pensando que probablemente eso significara transgredir las normas del Club, ya que la chica debía tener dueño y si pretendía usarla debía solicitar su autorización.
Wanda pareció leerle la mente:
-Te gusta la pichoncita, ¿eh? –dijo acercándose a ambas.
-Claro que sí... Es una delicia de criatura... –le contestó Julia ...