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Una esclava inesperada II
Fecha: 10/01/2020, Categorías: Gays Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... eso me excita muchísimo), pero ella puso sus manos en sus nalgas y me dijo que de nalgadas estaba bien, que ya le dolía bastante el culo. Me enojé, porque yo quería dejarle el trasero morado y le saqué la verga del culo. —¿Por qué paraste wey? – me dijo enojada. —¿No que ibas a ser mi esclava, pendeja? Si yo quiero azotarte más, pues te voy a azotar más. ¿No que me valiera verga lo que tú quisieras? ¿No que podía hacer lo que yo quisiera con tu cuerpo? —Jajajaja… me disculpo “amo”, tiene usted razón. – me dijo sonriendo y agregó – Haga lo que quiera con mi cuerpo. Le volví a dar una fuertísima nalgada y esta vez chilló de dolor, pero no se movió ni hizo nada, de hecho, se le veía una leve sonrisa en la cabeza gacha. Le volví a soltar otra nalgada lo más fuerte que pude y la moví de esa posición, pero se levantó y se puso de nuevo a cuatro patas, con el culo bien levantadito. Y se la clavé de un solo golpe. Aulló, pero esta vez era de placer y sin más comencé a trabajarle el agujero a un ritmo frenético. Sus jadeos eran fuertes y me espetaba: “así cabrón, que rico.” “Pégame, destrózame ese culo.” “Así wey, así, que se vea quien es el que manda.” “Dame más duro cabrón, que me estoy viniendo” “Que rica verga wey, no me la saques, por favor, metela más.” No sé cuánto tiempo duré, porque yo a cada rato sentía que me venía, pero nunca llegué al orgasmo y me cansé de bombear. Eso sí, no se la quería sacar, porque se veía que ella estaba pasando un buen rato y pues ...
... ni se diga lo que yo sentía… Me senté en la orilla de la cama y le ordené que se la clavara en el culo, pero de espaldas a mí. Ahora me iba a dedicar un poco a sus tetas. Se la clavó de igual manera de un solo golpe y ella comenzó a saltar. Mis manos se movieron rápidamente hacia sus dos enormes melones. Se los apretaba muy fuerte y le comencé a pellizcar los pequeños pezones que ya estaba bastante duros. “Pellízcame más duro cabrón” “¿Eres maricón o que pedo? ¡Fuerte cabrón! como si me los quisieras arrancar” Tiré de sus pezones lo más que pude y se los apretaba muy fuerte (temí en momentos en que de verdad se le desgarraran) y aun así ella pedía más. Traté de satisfacer sus exigencias, hasta que, entre convulsiones, me dijo que se estaba viniendo. “Ese ha sido uno de los mejores que he tenido” me dijo. Quizá después le torturaría más esas tetotas que tenía. Paré porque estaba por venirme y le dije que quería venirme en su boca una vez más. Se la sacó y aproveche para soltarle otra fuertísima nalgada, que la hizo tambalearse, pero cuando me volteo a ver estaba feliz. Se hincó y se dispuso a mamar mi verga, que, a decir verdad, tenía algo de mierda de su culo. Pensé que se iba a detener, pero no dudó ni un segundo y la engullo. No tardé mucho en venirme. Se lo tragó todo. Se sentó al lado mío, me dio un tierno beso en la boca y después me dijo acariciando mi pecho: —Lex, para ser tu primera vez, ha sido una cogida muy buena… Te amo —Yo también te amo – ...