1. Mi Karen


    Fecha: 11/01/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos

    ... día, como ninguno otro, me puse a observar la transformación que había sufrido a través de los años. Mi niña ahora era toda una bella mujer. Quizá más bella que su madre, tan alegre, tan sociable, tan simpática. Comencé a observarla con detalle, de pronto me sentí chacal, pues estaba viendo las sinuosas formas de mi hija como si no se tratara de ella. Me sentí avergonzado por mi lasciva actitud, y borre el detalle de mi mente. Fue tan maravilloso mirar a mi hija tan contenta con toda la familia, y la grata compañía de sus mejores amigos. Disfrute realmente aquellos hermosos momentos. Pero al llegar la noche, de nueva cuenta a compartir el lecho con la indiferente y gélida Daniela. Quizá, ella realmente no tenía culpa de que yo fuera tan temperamental. La falla tal vez sería mi terquedad de serle fiel.
    
    Sin embargo no podía, ocasiones no me faltaron, lamentablemente las deje pasar en nombre del amor. Confieso que en esas noches de infierno, maldije no haberme procurado otra mujer, y así no depender de sus deseos inexistentes. Otra noche casi sin dormir, me levante pasadas las 5 am, nada me detenía en la cama. Tal vez sería bueno salir a trotar, hacía tiempo que dejé hacer ejercicio, debía retomarlo como una forma de huir a mi frustración. Decidí que saldría diariamente a trotar. Justo a esa hora salí de mi cuarto, el pasillo estaba semi alumbrado. De pronto, vi pasar a Karen envuelta en su bata de baño. Sentí como si las orejas me hubieran zumbado. Me aterré debido la idea ...
    ... que se había cruzado en mi mente. Pensé que lo mejor sería apresurar mi salida a correr. Pero de forma incomprensible, mis pies me llevaron hacia aquella ventana del baño, con forma de persiana que daba al patio. Dude un segundo ¿asomarse o no? En aquella oscuridad de la madrugada luz del cuarto dibujo la sinuosa figura de Karen y acrecentó mi morbo. No pude evitarlo mi curiosidad fue superior, y me asome para verla. El agua caía sobre su cuerpo, dando un tono brillante a su piel. Sobre sus pechos ya desarrollados, corría el agua veloz hacia su parte baja. ¡Que espectáculo! mi nena tenía su puchita totalmente cubierta de pelos. Aquello era especialmente excitante, pues sus pelitos eran vencidos por la corriente del agua formando una graciosa cascada. Olvide por completo de quien se trataba, solo veía a una hermosa mujer desnuda, linda, expuesta a mi lúbrica mirada. Seductora en toda su hermosa desnudez, demasiada gloria el poder contemplar tan divino platillo. Nunca cruzo por mí mente, que aquello aumentaría mi de por si deplorable situación. Karen nunca se dio cuente de mi presencia.
    
    Durante algunos instantes, de espaldas mostrando ese par de juveniles nalgas perfectamente delineadas, instantes cerrando los ojos, cubriendo la invasión del jabón en ellos. No quería despegarme de aquel sitio, Karen, en aquel instante paliaba de alguna forma mi deplorable abstinencia. Cuando mi nena termino de bañarse, salí a trotar. Mi verga, hirientemente erecta dificultaba mi andar, no ...
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