Mi Karen
Fecha: 11/01/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos
... forma que pude burlar el resguardo de sus pantaletas y empecé a juguetear con sus gruesos rizos. -—ha, pobrecito papá, debe ser un infierno todo este tiempo que mamá no te ha atendido.
Estaba tan trémulo que no hacía caso a sus palabras, mis dedos socavaban su intimidad, con tanta pasión, como deseos tenia de ella. Era un cierre, el de su falda, del cual me deshice fácilmente, desnuda de la cintura hacia sus pies quedo mi nena, cuando la despojé de sus pantaletas. Era un manjar tan delicioso, que falta me hacían palabras para describirle. Pero la puchita de mi nena se veía hermosa, la blancura de su piel contrastaba con el oscuro de sus excitantes y brillosos pelos. Abrí sus piernas, y el rosado de su mucosa interna, le dio un marco aún más hermoso a su delicioso sexo. Loco de pasión hundí mi rostro en aquel panal de miel húmedo y viscoso. Karen agitaba con fuerza sus caderas. Gemía con delirio, ante el rocé magistral de mi experta lengua. Casi la volví loca, su elixir escurría abundante hacia sus nalguitas. Con mucho pesar deje a un lado mi grata labor, y me desnude con una torpeza increíble, gracias a unos nervios que me atacaron, y me hicieron ver como un novato. Una vez desnudo me recosté junto a ella, sentí necesidad de oler el dulce aroma de su piel, aspire suavemente, y enseguida bese su boca, y mi mano de nuevo hurgaba en su ya húmedo tesoro, había en mi nena un silencio resignado de dulce entrega, sus ojitos tiernos delataban deseos, me incorpore y coloque entre ...
... sus piernas, meditaba la forma en que debía penetrarla presumiendo que mi nena aún era virgen, más su linda vocecita termino mi cabildeo. —no te preocupes papá métemela toda, no soy virgen.
Es increíble la sorpresa que me lleve, pero era más fuerte mi deseo que la sorpresa en sí. Nada podía evitar mi ensueño. delante de mí tenía un delicioso túnel mojado y hambriento, al cual me había rendido, a la irrenunciable llama de mi deseo, apunte mi verga en la entrada de su vagina y lo empuje con firmeza, sentí las primeras sacudidas de su delicado cuerpo, ante las embestidas vigorosas de mi endurecido ariete, y con ello traspasando la estrecha portilla que permitía el acceso a su viscoso interior, desaté mi pasión y la penetre cabalgando su cuerpo en incesante movimiento frenético, mi Karen abría su boquita como queriendo atrapar el alma que se le estaba escapando de su ser, se había rendido a la fuerza y al empuje de mi verga, la que taladraba su panochita provocándole oleadas de máximo placer, sudaba gemía al compás de mi incesante galope. El momento por el que tanto me había afanado al fin lo había conseguido, mi Karen clavo sus uñas en mis nalgas, tan fuerte como fuerte era el orgasmo que sacudía hasta el último rincón de su ser, le abrasé y en ese mismo instante vacié en su interior todo el semen que habían acumulado en mis hinchados cojones.
Cansados dichosos dormimos por espacio de una hora, al despertar Karen me despertó depositando un delicioso beso en mi boca, fue ...