1. Mi Karen


    Fecha: 11/01/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos

    ... sentirme excitado. Pronto, mi Karen estaba recostada junto a mí, acariciando mi cabello. —perdóname papi, metida en mi tristeza me olvide de ti. Pobre papa. —no tengo nada que perdonarte, porque nada es tu culpa. —pues sí pero… debe haberte dolido mucho, no sabes cuánto lo siento. Me sentí halagado al ver que mi hija se sentía apenada por mí, y me apapachaba. Así que decidí dejarme querer. Acunada sobre mi pecho, acariciaba mi rostro. Y enseguida para mi sorpresa y beneplácito, me dio un tierno beso en la mejilla, muy cerca de mi oído, aquello fue tan grato, que aún me estremezco al recordar.
    
    El grato calor de sus piececitos frotando los míos, sin imaginar que con ello me transportaba al paraíso. Pensé, ella hace todo esto sin malicia, en cambio yo siento arder todo mi cuerpo. Mi pecho palpitaba con la intensidad de una tormenta. Miedo sentía de las reacciones de mi cuerpo. Bajo mi pantalón, mi verga empezaba a despertar. Y mi mente a vagar, envuelto en un ansia enorme de placer. —debe haberte dolido mucho lo de mamá. —no tienes idea cuánto. —te creo y me duele, una traición siempre es deplorable, y más para ti, tratándose de tu hermano. —¿te da tristeza? —no está bien lo que voy a decirte, pero lo de tu mamá tiene más de lo que puedas imaginar, tiene mucho tiempo que no intimábamos. -—¿entonces lo sabias? —no, los descubrí hace unos días, pero puedo asegurarte que todo ese tiempo estuvieron viéndome la cara.
    
    Karen me abrazo con más fuerza y cometió la imprudencia de ...
    ... cruzar su pierna por encima de las mías, quería hundirme en la cama tratando de ocultar la dureza de mi virilidad, ignoro si lo notó, pero se me ocurrió voltear de costado, frente a ella. La miré unos instantes sus ojos brillantes y enternecedores, me hicieron olvidar de quien se trataba. Miraba una mujer, hecha para placer y gozo de un hombre. Ya no era una niña, sin embargo, no había perdido del todo los rasgos bellos de su niñez. Bese su frente, y ella puso su boca muy cerca de mi cuello, era mi parte más sensitiva, y mi fuego antes fuerte se tornó incontrolable. Sentí el calor y el embriagador aroma de su aliento, me sentí enloquecer, mis manos demandaban auscultar su cuerpo hasta su más íntimo rincón. Pego su boca a mi cuello y yo sentí morir, la saliva se atoro en mi garganta, como si en lugar de líquido hubiera tragado una gran roca, mi verga estirada y palpitante parecía un radar que había detectado la cercana presencia de su panochita. Apenas me reponía de esa emoción, cuando volvió a rozar mi cuello, ya no era posible soportar tanta tortura, y mande mi primer mensaje. También yo bese su cuello y ella ladeó su carita permitiendo mi apasionado beso. Karen parecía sollozar y yo atrevido froté sus abultados senos, separamos nuestros rostros mirándonos de frente, adivinando y confesando nuestros deseos. Karen me ofreció su boca y yo la bese con mucho amor, con mucho deseo, y no me detuve más, mi mano ya hurgaba en su cálido templo del amor, Karen abrió sus piernitas de tal ...
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