Malena 5: Nuevo Comienzo 2
Fecha: 12/01/2020,
Categorías:
Lesbianas
Autor: relator23, Fuente: CuentoRelatos
... de apoyarse en el para aguantar lo que se avecinaba. Le sonrió agradecida.
Pierína era una estrella con su lengua y Octavio era un rayo para recuperarse a pesar de que con Malena había perdido mucha energía por el deseo tan fuerte que le inspiraba.
Se colocó tras Pierína y la penetró en posición de perrito. Pierína se sacudió, levantó un poco su cabeza y Malena oyó cuándo le dijo: “déjalo para ella, a mí me va bien así”
Volvió a la gata de Malena y esta vez su lengua la penetró, Malena sintió que la espuma la llenaba de nuevo, aspiró, cerró los ojos, apretó sus manos alrededor de la nuca de Pierína y se fueron juntas las dos.
El orgasmo de Pierína no fue fruto de la masturbación, fue la expresión espontánea de tanto placer que había acumulado al poder poseerla al fin.
Se tendió a su lado. La abrazó, la besó con ternura y le dijo “gracias, eres inolvidable” acto seguido se quedó acurrucada a su lado hasta que se durmió.
Octavio la miraba con su pene entre sus dedos: -descansa -le dijo en voz baja- tiempo queda, ella no se despertará hasta mañana.
Malena no sonrió. Iba a morir.
LA MUERTE PEQUEÑA.
Octavio levantó el gran cuerpo de Pierína como si no le pesara nada y lo llevó a la habitación. Cuando regresó, Malena estaba sentada en el sofá con un trago en la mano. No se había tenido que limpiar su semen pues Pierína se lo había limpiado con su lengua.
-quiero orinar, dijo.
La condujo a un reservado que estaba en un salón cercano y entró con ...
... ella.
Se sentó en el váter y él se acuclilló a su lado. Ella le pasó la mano por el cabello con una sonrisa de cómplice intimidad y comenzó a orinar, el metió la mano entre sus piernas y se llenó sus dedos con su orina.
Ella se echó a reír: -¡deja, chico!
Él metió su cara entre sus muslos y les pasó su lengua; -no te limpies, quiero probar todo de ti.
-¡cochino! Le dijo en broma, pero no se limpió.
La tomó entre sus brazos y la cargó hasta una habitación secundaria y la colocó sobre la cama con cuidado. Se trenzaron en un beso que duró una eternidad.
-quiero tragarme tu semen…
El la complació. Se acostó boca arriba y cerró los ojos. Ella era mala mamando, pero esa noche se acordó de todas las clases que había recibido y en menos de media hora había llenado su boca con su semen. Todo en él era divino para ella. Quería seguir jugueteando. Apenas eran las tres de la madrugada: -¡feliz cumpleaños! Le dijo cuando supo la hora. Ya era el día de su cumpleaños.
-¿Cuántos cumples?
-veintinueve.
-puedes hacérmelo veintinueve veces.
Se carcajearon y se volvieron a enredar en un beso que era como agua de manantial para sus cuerpos y sus almas.
-lo haremos sólo una vez, debo estar con Pierína cuando despierte.
-entonces, mátame de una vez.
Casi lo logró. Ella se sentía débil por tanto goce. Fue tanto su placer que por efecto de la hiperventilación se desvaneció después del “n” orgasmo.
Era una hembra rica, como nunca había conocido a otra, pensaba ...