1. La tetona y la moneda


    Fecha: 12/01/2020, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... todas. Por la cuenta que te trae ve tomando la pastilla porque él nunca usa preservativos.
    
    Todo lo que oía me escandalizaba hasta el punto de pensar en ir al salón a poner orden. No podía imaginar que mi hija tuviera esas amigas y esas conversaciones a tan tierna edad. Ni que la pretendieran degenerados como el tal Carlos. Siempre me había preocupado mucho de la educación de mi hija. No quería que siguiera mis pasos en el sexo. Me había estrenado muy joven, con 16 años, y la primera vez que tuve relaciones ya me quedé embarazada. Fue un infierno y sólo el continuo esfuerzo y una gran voluntad me permitieron llegar hasta donde estaba. Ahora con mis 32 años estaba en la flor de la vida. Me iba bien profesionalmente y me sentía por fin una mujer plena. Tenía una gran familia por la que pelear y desde luego lo último que quería era que mi hija tuviera unos comienzos con el sexo tan poco planificados. No lo iba a permitirlo bajo ningún concepto. Y mientras, las chicas seguían a lo suyo.
    
    - Yo tuve suerte. - decía María. - porque de todas las veces no me quedé nunca embarazada. Eso sí, me dejaba destrozada. Y hasta me rompió mi culito.
    
    - ¿También te la metió por detrás? - preguntó mi inocente hija.
    
    - Desde luego, ya me avisó al principio y yo tuve que aceptar. Acabas aceptándolo todo. Y la tiene tan grande. Es muy doloroso.
    
    Las chicas acabaron hasta apostando por la capacidad de resistencia de Teresa. Teresa apostó que Carlos no sería capaz de seducirla y su amiga no ...
    ... dudó en apostar en su contra, a pesar de haberla avisado. Poco después se marchó.
    
    A mi esa apuesta no me gustó nada. Su propia amiga no haría por proteger su integridad. Hablé con mi hija sin mencionar el tema directamente y noté que a ella no le preocupaba. Pero no podía fiarme demasiado tras lo oído. Decidí ir al día siguiente a ver al director del colegio para ver si podía hacer algo.
    
    Por la mañana me arreglé especialmente para ver al profesor. Me puse un pantalón ajustado pero no demasiado llamativo. Una blusa blanca que me quedaba estupendamente. Quizás un poco provocadora pero qué quieren que les diga, con mis enormes pechos cualquier cosa que no trate de ocultarlos ya es de por sí provocadora. Mis pechos siempre han sido causa de problemas y de satisfacciones. Los hombres se vuelven locos por esa parte del cuerpo y en mi resaltan por encima de lo demás. Como encima estoy bastante delgada, ni les cuento. Mi hija también ha heredado esa cualidad y la verdad es que tiene más problemas que yo, porque con su juventud y la ropa que hoy en día visten las chicas, es todo un espectáculo para los chicos. En eso no puedo hacer nada más que educar a mi hija para que aprenda a ser respetada.
    
    Me sentí sexy y quise arreglarme un poco más. Me maquillé con elegancia y tomé rumbo a la escuela. Allí me recibió el director que en cuanto me vio se mostró muy solícito en ayudarme. Me llevó a su despacho y ahí le estuve contando un poco mi problema. Él estaba sentado en su sillón y ...
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