53.5 Sueños y final
Fecha: 13/01/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... respiración agitada que no podía ser de otro más que de Gonzalo, me estaba follando con profundas entradas en mi cuerpo y de repente tembló y me oprimió contra él mientras vibraba entre espasmos vaciando sus testículos en mi culo.
Notaba la humedad en mi costado, me había ido en mis sueños y las sábanas estaban mojadas, pegajosas de la leche derramada, de mi culo se escapaba su semen expulsado por las embestidas del pene que me llenaba. Me acariciaba mientras terminaba de verter en mí su última gota de vida.
Todo había sido un sueño, un maravilloso sueño salvo lo último, su voluminosa polla que me llenaba y su torrencial corrida que rebosaba y desbordaba mi culo.
Sacó su verga de mí, o se deslizó ella sola cuando quise enfrentar su rostro para besarle con amor profundo.
-Soñabas y me llamabas en tus sueños, a mí y a Nicolás, perdóname pero me excité y me aproveché de ti. –¡joper!, le besé profundamente en la boca, si él supiera a que niveles de placer me había llevado en mis sueños.
-¿Con que soñabas?, tenía que ser muy hermoso por tus gritos y como te corriste. –no podía ocultarle la verdad, ¿para qué?, sentía que mi sueño había sido una premonición, como un presagio de lo que más tarde o temprano terminaría por suceder.
Hubiera preferido que no estuviera la luz encendida y sentí un enorme calor en mi cara al decir la absoluta verdad.
-Estaba soñando que Nico y tú me hacíais el amor a la vez, que os tenía a ambos dentro de mí en una noche de amor sin ...
... igual. –me reía divertido sin siquiera mirarle, no era capaz de enfrentarme a su mirada, pero alegre al pensar que simplemente su polla me llenaba como en mis sueños la de los dos.
Me reconfortó de la vergüenza de mi confesión el abrazo de amor que sentí cuando sus brazos rodearon mi espalda y me llevaron hacia él.
Vamos a ducharnos y a dormir en tu habitación, Wes recogerá mañana este desastre.
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Hoy, a diferencia de ayer, Wes fue nuestro despertador, permanecía atentó a su mirada cuando después de correr las cortinas se dirigió hacia la cama, ni se inmutó, permanecía impasible recogiendo las ropas de la cama que habían caído al suelo mientras nosotros permanecíamos desnudos, terminaría por pensar que en lugar de una persona se trataba de un mueble en movimiento o un robot humanoide programado para trabajar y nada más. Nos levantamos y pasamos a la habitación de Gonzalo a prepararnos. Danilo estaba ayudándole en esta ocasión y ya había recogido el desastre que dejamos en la cama.
Gonzalo y yo estábamos contentos y así nos mostrábamos en el comedor, a diferencia de los tres que permanecían serios en la mesa esperándonos.
Fui a darles un beso a los tres y no conseguí que sus caras reflejaran alegría, tuve que conformarme con su sonrisa, los múltiples consejos de ayer hoy no se daban y todos permanecían pensativos.
Saldríamos de Gatwick y el viaje nos llevaría una hora, nos despedimos de los abuelos y fueron fuertes al ...