El Intruso 11 - Relatos Eróticos

El Intruso 11

... dedo, no mucho solo la puntita, otro brinco de Lola al sentir como entraba ‐ ¿Qué haces?—preguntó sin dejar de ver al frente ‐ Te aplico un poco por dentro, debes tener muy inflamado, deja checo que no haya inflamado una hemorroide El dedo fue lubricado con más pomada y regresó al culo, solo que ahora si entró todo, Carmen lo giró y movió de dentro a afuera, parte era exploración y parte recreación de ese hermosos culo, por alguna extraña razón Carmen ya no sentía odia hacia esa sensual niña, ahora sentía simpatía y un poco, mejor dicho un mucho de atracción; el dedo de Carmen se movió con más entusiasmo ‐ Aaahhh Fue el gemido de Lola al sentir placer con el dedo de Carmen entrando y saliendo de su culo, su cerebro ya estaba condicionado a sentir placer con la penetración anal, ya había aprendido a sentir orgasmo solo con sodomía, así que ahora no fue difícil que su vagina se lubricara y que su zona límbica se llenara de placer ‐ Carmen para por favor aaahhh La niña sin poder evitarlo movió sus cadera y cerró sus ojos, decía con su boca que no, pero su cadera ya era autónoma a su cordura, sus centros primitivos cerebrales actuaban traicionando su consiente, para ellos era una situación más de placer por lo que se activaron sin problemas ‐ Aaahhh Carmen, no debemos aaahhh… aaahhh La pobre lola gemía ya sin detenerlo, Carmen sin dejar de masturbar su culo se levantó y y giró su dedo para poder quedar de frente a lola, la cual también se enderezó, las dos estaban de frente, ...

... lola a ojos cerrados seguía gimiendo, Carmen admiraba su belleza, su cara de satisfacción era aún más hermosa que la pasiva que llevaba siempre, sus labios carnosos, entreabiertos y húmedos hacían una sensual armonía con la relajación de sus mejillas y los parpados que con una paz nublaban su vista. ‐ Aaahhh Lola gemía, ella sabía que eso estaba mal, muy mal, traicionaba a Antonio, el amor de su vida, con una mujer y no solo una mujer, su exmujer, pero el placer que el dedo de Carmen le daba no lo había sentido antes, no era grueso como el de Antonio, ni pequeño como el de Dianita, no se movía con la brusquedad de Antonio ni con la torpeza de Dianita, era algo neutral, era placentero sin llegar a ser siquiera un poco doloroso. ‐ Aaahhh Suspiro Lola por última vez cuando Carmen se detuvo, el dedo de ella lentamente se fue saliendo, lo hiso tan despacio que no sintió cuando salió, Lola abrió los ojos y vio como Carmen se llevó el dedo a su boca y absorbió el néctar de su culo. ‐ Ya pequeña, ya te puse suficiente crema para desinflamar, ¿te sientes mejor? ‐ Si, Carmen gracias ‐ Me preocupas hoy en la noche ‐ ¿Por qué? ‐ Antonio obviamente te querrá coger por el culo, eres muy atractiva—le dijo mientras le acariciaba la barbilla con su índice y pulgar al mismo tiempo—y sentí tu ano muy estrecho por la inflamación, ¿crees que le puedas decir que no te la haga hoy? ‐ No—Lola negó entre abnegada y gustosa de no negarle nada de su cuerpo a su amante ‐ Bueno al menos esta noche permíteme ...