1. Cris, mi profesora de inglés


    Fecha: 17/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: zitro1, Fuente: CuentoRelatos

    ... cama abrió unos corchetes que tenía el traje a la altura del coño y de espaldas a mi despacio bajó hasta sentarse sobre mi cara.
    
    El olor de su sexo llegaba a mi nariz, sentía el calor que despedía en mis labios, con su coñito abierto y brillante a un par de centímetros de mi boca, recibí sus flujos en mis labios, mi lengua comenzó a moverse arriba y abajo mientras sus caderas hacían círculos, derecha e izquierda, ella gritaba que fuera más rápido, mientras tiraba de la correa que me había atado a los huevos, daba botes encima de mi cara mientras yo le lamía el clítoris.
    
    -Voy a correrme -le dije.
    
    -Procura no hacerlo.
    
    Se levantó se dirigió a mi polla, paso los dedos por el bello y sonriendo salió de la habitación. Al poco volvió con una maquinilla de afeitar en la mano y un bote de espuma.
    
    -Ni se te ocurra.
    
    De la bolsa sacó una mordaza de bola que colocó en mi boca y ató alrededor de mi cara y después de enjabonarme empezó a afeitarme los huevos, con la mordaza en la boca intentaba decir que ni se le ocurriera hacerlo, pero ya era tarde, con una pervertida sonrisa acababa de depilarme los huevos y empezaba a hacerme una paja con una mano mientras con la otra me masajeaba los testículos, estaba a punto de correrme y de llegar al clímax pero paró de golpe.
    
    A pesar de mi mordaza intentaba suplicarle que continuara, ...
    ... pero ella sonreía, me soltó los tobillos y levantando las piernas las llevó a juntarlas con las muñequeras que seguían sujetas en la cabecera de la cama. Con una mano cogió un látigo y empezó a azotarme en el culo, podía notar como mi polla daba espasmos a cada azote, estaba a punto de correrme y paró de nuevo.
    
    -Desde el principio hasta el final va a ser a mi modo. Lo entiendes, ¿verdad?
    
    Solo pude mover ligeramente la cabeza y decir palabras ahogadas por la presión de la mordaza y poner unos ojos como platos cuando me enseño un arnés de doble pene.
    
    - Es mi preferido -mientras lo untaba y se colocaba el más pequeño dentro de su vagina.
    
    Gemí prolongadamente y profundamente cuando el juguete finalmente se abrió camino a través del apretado anillo de músculos que protege la entrada trasera. Su invasión acarició terminaciones nerviosas que aumentaron en casi una excitación insoportable.
    
    Oh dios... era tan bueno. Las contracciones eran poderosas, ordeñándome la polla y el juguete en mi culo, finalmente mi cuerpo ya no resistió.
    
    -Te lo advertí -dijo mientras me desataba.
    
    -¿Es algo que te gusta hacer, veo que disfrutas con ello?
    
    -Buen chico -utilizó un dedo debajo de mi barbilla para levantarme la cara hacia ella y besarme dulcemente en los labios.
    
    -Fue... joder, una alucinante locura.
    
    -Tú lo entendiste rápido. 
«1234»