El intruso capitulo 10 - Relatos Eróticos

El intruso capitulo 10

... que hacía mucho tiempo no sentía, chupe y lamí la vagina de mi mujer y si he de aceptar que en ese momento era más mi mujer que nunca ‐ Aaahhh Ella volvió a gemir, me jaló más hacia ella y sus caderas se movieron tallando mi boca en su raja, me levante y ella abrió sus ojos cuando vio como bruscamente me acomodé encima de ella y mi pene se perdió dentro de su vagina, bombee si poder evitarlo, era desesperada mi cogida sobre ella, la bese y ella chupó mi lengua, mis caderas se movían igual que las de ella, gemimos juntos nuestro orgasmo ‐ Aaahhh ‐ Aaahhh Me moví como loco cuando mi leche salió disparada a su raja mezclándose con la de Ramón, me quedé quieto sobre ella cuando termine y los dos fuimos poco a poco bajando nuestro ritmo cardiaco y frecuencia respiratoria. Ella me acariciaba tiernamente, estábamos callados, ella volvió a hablar ‐ Ya no quiero hacer esto ‐ ¿Qué? ‐ Coger con Ramón, ya no quiero ‐ Pero vi cómo te encantó ‐ Por eso ya no quiero, es como una droga de la cual los dos debemos rehabilitarnos ‐ ¿Qué? ‐ Si, los dos, cada quien a su modo, nos volvimos adictos a esto y no está bien, ya no quiero hacerlo Una lágrima salió de sus ojos, chorreo por su mejilla, intentó limpiarla con una mano pero mi cara estaba muy junta a la de ella, me separé y caí aun lado, ella busco mi mano, yo la tomé ‐ Por favor Antonio, ya no… snif snif Empezó a llorar, me sentí mal porque nuevamente me excite viendo como se la cogía Ramón, el maldito semental que hacía vibrar a mi mujer ...

... aunque ella se resistiera, era más que obvio que ella lo evadía y en ese momento no tuvo excusa y creo que lo hiso más por protegerme, para que se la cogiera y no le diera por pensar en si alguien más podría estar ahí ‐ Por favor Antonio, ya perdóname y regresa conmigo, deja que Ramón se vaya y no regrese nunca más, ya no quiero vivir esta vida ‐ Pero ¿cómo podría regresar? Recuerda que yo ya tengo a alguien más ‐ Es una niña que encontrará a alguien de su edad y hará una vida propia ‐ Tú no lo entiendes, ella ya me entregó su alma, no la entregará a alguien más, no puedo dejarla ‐ ¿Y prefieres dejarme a mí? La madre de tus hijos, tu esposa, cometí errores y ya pague por ellos, todos los días lloró, los mejores momentos son cuando tu estas aquí conmigo, ya no quiero a Ramón, lo odio… ¡LO ODIO! Golpeo la cama con los puños y rompió en llanto, yo miré al techo, en parte tenía razón, si Ramón seguía ahí era porque yo le impedí que lo dejara, mi mente enferma se negaba a terminar con algo que me daba tanto placer, era un egoísta que estaba a punto de herir a muchas personas, personas que según yo amaba y ahora las hacía llorar, porque si regresaba a mi casa abandonándola, el corazón de Lola quedaría destruido; me levanté de la cama ‐ Carmen necesito pensar cómo resolver esto, entiende no puedo dejar a Lola ‐ Pues tráela aquí—dijo Carmen cerrando los ojos sin dejar de sollozar ‐ ¿Qué? ‐ Si, tráela, si la necesitas tanto, estoy dispuesta que viva con nosotros, tú me compartiste una ...