La amiguita de mi novia
Fecha: 18/09/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
Primero que nada debo poner en situación a los hechos de aquel sábado caluroso de un noviembre feliz para mi novia y para mí.
Se nos venían dando muchas buenas cosas, tales como la graduación de ella en su carrera de psicóloga, a mí la finalización de un proyecto destinado a la potabilización del agua con medios más higiénicos, salubres y de mejor infraestructura, y su posterior premiación en un congreso internacional de ecología y medio ambiente, y nos pudimos comprar un auto, con mucho esfuerzo. No era 0km, pero nos alcanzaba para movernos por la ciudad y viajar de vez en cuando.
Para colmo faltaba poco que nos den una casa en un barrio nuevo, gracias un plan de vivienda que pagamos religiosamente. Ya no podíamos seguir viviendo en lo de sus tíos.
Con Paola llevamos una relación de tres años, y todo sigue siendo maravilloso entre nosotros.
Ese sábado, a eso de las cuatro de la tarde llegó Tatiana, una de las amigas de Paola. Extrañamente con ella se habían dado un par de situaciones, creo que impulsadas por el morbo de Paola, ya que durante el secundario hubo un picoteo entre ellas.
Paola se define como bisexual, aunque solo cuando está conmigo, y nunca le cierra la puerta a ninguna fantasía que pronto se le ocurre, o que yo le sugiera.
Tatiana es preciosa con su culo formidable, su olor a menta cada vez que habla, unos ojos verdes muy misteriosos, un pelo sedoso y lacio, con dos tetas normales aunque de pezones visibles, ya que se le erectan con ...
... facilidad, y una vocecita que enternece.
En ocasiones que nos juntamos los tres a tomar algo, Tatiana siempre buscaba la forma de hablar de sexo. Cierta vez me largó:
¡che Nacho, es verdad que a los hombres los vuelve locos una buena chupada de pija?!
No supe qué responder, y Pao no le paraba el carro. Más bien se reía y me hacía responderle o prenderme en la joda.
Ahí me enteré de que no se animaba a petear a su novio.
¡pero la Pao te la chupa rico?, y le acabás en la boca?, y esta cochina se la traga?!, curioseó luego.
Mientras yo me ponía colorado le respondí que sí a todo eso. Hubo más preguntas, y una de esas veces Paola le dijo eufórica:
¡Tati, si tantas ganas tenés de chupar una pija, hacelo conchuda!, o se la querés comer a mi novio?!
Las dos se rieron con estrépito, y la Tati deslizó:
¡no estaría mal, pero, por ahí no me gusta el gusto, o el olor, no sé!
Paola incentivaba a su amiga a preguntarme cosas. Así se atrevió a querer saber si me gustan más culonas que tetonas, si las prefiero depiladas, si me gustan los juegos previos, si tengo fantasías con otra chica, y un sinfín de detalles más.
En un par de ocasiones en las que el alcohol y el porro deambulaban por nuestras neuronas, nos comimos la boca entre los tres, aunque yo jamás le puse un dedo encima a Tatiana.
Pero aquel sábado fue demasiado.
Apenas le abrí bajo un sol autoritario, me comió la boca, me apretujó contra la pared del pasillo de la entrada de casa y frotó con descaro su ...