1. La amiguita de mi novia


    Fecha: 18/09/2017, Categorías: Infidelidad Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... hincó para lamerle uno a uno los dedos de los pies tras despojarla de sus sandalias.
    
    Tatiana, poco a poco se veía más derrotada por el placer.
    
    Tanta furia contenida la obligó a chuparme los huevos y a pajearme con un hielo en la mano. Sentir su lengua fue para mis hormonas el devenir inmediato de una oleada de semen, y no en mucho tiempo más. Pero yo sabía controlar mis eyaculaciones.
    
    Paola le pedía que se quede en tetas, pero Tatiana no paraba de apretarme la tripa, lamer mis bolas y oler mi bóxer. En un momento dijo:
    
    ¡che, tiene olor a pis este calzón Nachito, sabías?, haceme pis en la manito, dale!
    
    Cuando al fin la complací, aunque solo fueron tres gotitas locas, la piba gimió y se levantó para quitarse el pantalón.
    
    Aun así no me dejaba tocarla, y eso me consumía por dentro.
    
    Cuando al fin empezó a fregarse la tuna encima de la bombachita, Paola le abrió las piernas para frotarle las lolas en su mitad, para olerla como a un jazmín floreciendo en navidad y ponerle hielitos debajo de la bombacha.
    
    Se besaron con pasión, Paola le paseó la lengua por todo el rostro, y mientras se quitaba el vestido le bailaba con sensualidad con el propósito de lamerle los pezones.
    
    Pronto la Tati se agachó para directamente introducirse toda mi pija en la boca. Lo último que alcanzó a decir fue:
    
    ¡cogeme la boquita nene, que quiero hacer muchos petes!
    
    Fui cortes con ella, entretanto Paola la acariciaba y le masajeaba la espalda con más hielitos. Pero le ...
    ... arrancó la remera y el corpiño apenas la oímos expresar:
    
    ¡qué pija pibito, quiero que tenga el gustito de la concha de Pao, dale, cogétela, y después quiero tu pija en mi concha!
    
    Paola pareció ofuscada, aunque todo fuera parte del show. Entonces le pidió que restregué sus tetas contra mi verga mirando al techo, tan dura como una tumba, y mientras la Tati cumplía con creces, su amiga tomaba agua y se la escupía por todos lados. Incluso en un momento atinó para comerle la boca y se la escupió en la cara.
    
    Creo que cegado por la presión testicular de mi calentura, tomé a la Tati de los brazos y la arrodillé pegada a la pared para cogerle la boca, como se lo merecía.
    
    Los sonidos de su garganta entre eructos pequeños, hipos, arcadas, sorbitos profundos y lametones a mis pelotas me conducían solo a querer llenarla de leche. La idea de que luego la compartan con mi novia en medio de un besuqueo feroz me quemaba el marote. Para colmo la lengua de Paola pululaba en mi culo, y aunque no se atrevía a transgredirlo, ese contacto húmedo me erotizaba aún más.
    
    En medio de la locura de tamaña mamada la Tati murmuró:
    
    ¡meame las gomas perro!
    
    Pero Paola me prohibió hacerlo bajo amenazas imposibles de describir.
    
    La Tati se levantó contrariada, le corrió la bombacha a Paola para morderle las nalgas y perfumarse los pulmones con su esencia. Le chupó las tetas otra vez, y luego de corretearse un poco, comenzaron a darse tetazos en la cara una a la otra, mientras entre las dos me ...
«1234...»