1. Cuando una puerta se cierra otra se abre


    Fecha: 26/01/2020, Categorías: Incesto Autor: Nayeli, Fuente: CuentoRelatos

    Como muchos de los lectores yo era un travesti de closet. En la época que esto paso vivía en Delft una pequeña ciudad de los Países Bajos. Me encantaba correr por la mañana, de hecho corría cuatro días consecutivos y al quinto hacia sesión de pierna para corregir y fortalecer la pisada. En realidad la sesión de pierna la dedicaba a glúteos, cadera y vientre. Durante esa temporada me sentía y me veía muy bien, estaba flaquito y con un gran culo, incluso algunos colegas me decían el culón.
    
    Disfrutaba de salir en las mañanas con mis mallas para correr cuando hacía mucho frio o con short los días soleados. Durante 2 meses consecutivos, por lo menos 2 días por semana, me encontraba con un chico al cual saludaba.
    
    —Goedemorgen —nos decíamos sin parar de correr.
    
    Siempre fue así hasta el día que le hable
    
    —Hablas neerlandés?
    
    —No —me respondió— pero podemos hablar en inglés.
    
    Platicamos de esto y de aquello pero todo relacionado con correr, en fin vida de runners. El día que le hable me di cuenta que no era un chico sino un hombre maduro bastante bueno con brazos muy marcados y espalda ancha en fin un rico holandés.
    
    Un día de tantos empezamos a entrenar juntos, este chico llego para revolucionar mi vida. A la semana que empezamos a entrenar decidí comprarme unas mallas nuevas, algo que a él le gustara. En la sección deportiva había unas mallas negras con cuadricula verde de hombre y de mujer, una al lado de la otra. Las de mujer eran sencillamente encantadoras, sin ...
    ... pensarlo las compre.
    
    El siguiente día salí a correr con mis mallas, no quería que se me viera el paquete me gustaba verme sin nada ahí. Mi experiencia como travestido me ayudo para esconderlo dentro de una tanguita verde fosforescente, mi experiencia y que mi pene es bastante pequeño.
    
    Pensé que el chico holandés no lo había notado pero cuando terminamos me dijo
    
    —que bien se te ven las mallas te ves mejor que mi novia.
    
    Soltamos la carcajada y PUM toda esa tarde la pase pensado en él, me sentía tan contenta por gustarle, todo era color de rosa sus palabras causaron un gran efecto positivo en mi sacando la mujer que tenía dentro.
    
    El fin de semana siguiente me levante temprano y me fui al centro comercial por mas ropa deportiva de mujer, quería todo, todas las mallas, faldas, shorts, etc. Me gustaban. Al final me compre un short muy pequeño de color morado, también compre unas mallas azules de ¾ un short de licra, una sudadera gris que dejaría al descubierto mi trasero y otra negra y dos camisetitas de chica para correr, mi vida giraba alrededor del momento en ir a correr y estar con mi chico.
    
    Durante los siguientes días estrene con él todos mis atuendos y el no dejo de alagarme por mi apariencia. Los días posteriores me ponía labial y pintaba mis ojos y cejas. Después de un mes iba completamente vestida de mujer sport a correr, a mí me encantaba y a él parecía gustarle también!
    
    Me sentía como quinceañera deseando el momento en que él se decidiera a tocarme y ...
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