Vicios ocultos - Fernando
Fecha: 31/01/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... pasando solamente el brazo debajo de mi cuello, no iba a permitir que su molestia llegara a más y me elevé para besarle en la boca.
-No te enfades con tu cachorrillo, tampoco tú me cuentas todo.
-Fer, no digas eso, lo sabes todo de mi, las chicas que entran en mi cama, los chicos que me follo, todo, todo…
-¿Y Asier?
-Te lo he dicho desde siempre, a veces dudo y pienso que puedas tener razón, pero no siento que yo le interese, Ivon tiene esa suerte, él es nuestro amigo, éramos inseparables.
-Te molesta que otros chicos como Ivon le presten atención y quieran sus favores, al final y en el fondo es lo que tu deseas también, aunque tu sentimiento es más hondo de lo que quieres reconocer.
Deslicé la mano por su pecho, bajando despacio hasta el abdomen donde me detuve pasando acariciador la yema de los dedos por sus pronunciados cuadritos.
-Me encantas Pablo, eres perfecto, tus papás crearon una obra de arte contigo, es una pena que no tengas hermanos. -mi amigo lanzó un suspiro, sabía que él los deseaba, por eso quería tanto a los míos.
Llegué al vello de su pubis y enterré la mano sin tocarle el pene, era un pelo recio y sin embargo sedoso. Abrió ligeramente las piernas y le sujeté los maravillosos testículos que se movían bajando y subiendo en el saco del escroto.
-Me estas calentando nene.
-Eso quiero, y esto también. -por fin agarré con fuerza la verga henchida y húmeda.
-Me gusta…, me gusta…, me gusta mucho tu polla, como todo tu Pablito. ...
... -movía la mano masturbando la barra caliente de carne que se calzaba mi amigo. Hablaba enterrando los labios en la base de la verga aspirando los deliciosos olores a macho joven y en sazón que despedía y quería meterla en mi boca para tragarla entera, pero no podía hacerlo si quería tenerla metida en mi vientre.
Bajé la piel que le cubría el rojo hongo y la besé encerrando la puntita con los labios, hurgando en la uretra con la punta de la lengua hasta que le escuché un ronco rugido de satisfacción.
Con la mano derecha recorrí el escroto tirando suave de la piel, y al final mis dedos palpaban el perineo llegando a la entrada de su ano. Otro gruñido más potente le salió de lo hondo del pecho. Me sujetó de los hombros para que no siguiera y me arrastró hasta tener juntas las narices y las frentes, susurrando entre jadeos.
-Eres mi putita deliciosa, la mejor, pero quiero embarazarte esta noche y que tragues mi polla por el culito, ¿me entiendes? -aproveché para morderle los labios empujando la saliva contra ellos.
-Como tu quieras mi hombre, soy todo tuyo para lo que desees.
Me colocó mirando al colchón a lo largo de la cama, abrió mis piernas y se colocó entre ellas, luego tiró de mi cintura para que me pusiera arrodillado, con las manos sobre la cama.
-Solo hay otro como tú. -susurraba apretándome la cintura, metiendo las uñas en la carne. Supe que esta noche no sería a mi a quien follara, yo sería el cuerpo y Asier el alma, pero yo me lo había buscado por ...