1. Vicios ocultos - Fernando


    Fecha: 31/01/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... hablador.
    
    Metió la verga entre mis piernas, debajo de mis huevos estrujándolos sobre el perineo, los vellos de los muslos pegando a mis piernas y el poblado monte del pubis acariciando mi culo, aún dolorido por el castigo de apenas hacía unas horas. Le sentía respirar vibrándole el pecho apoyado en mi espalda y sus brazos cogieron mi cuerpo apretándolo.
    
    -Me tienes muy caliente bebé, te la voy a meter enseguida en el culito, dame un condón.
    
    -No, métela a pelo, quiero sentirte.
    
    Me sujetó de los rizos y tiró para que girara la cabeza ofreciéndole la boca, mordió mis labios pasando al cuello y a la oreja, y al final hinco los dientes en la nuca haciéndome notar quien mandaba. Luego de morder con fuerza logrando hacerme gemir de dolor y placer me pasó la lengua por la zona dolorida y se aparto tirando para atrás las caderas.
    
    Sin soltarse del pecho buscaba la entrada de mi culo, a tientas con la punta de la verga picándome los muslos, en el momento que lo encontró apretó con fuerza dando un golpe de cadera y de una vez me empaló. Grité dolorido y a la vez satisfecho, intenté reconocer las lineas que marcaban las venas en la polla y que mi culo se hiciera al impetuoso invasor.
    
    -¡Ahh! Qué culo tan caliente tienes cabrón, me siento en el cielo aquí dentro, ¿hasta dónde te llega? -pasaba las manos por mi vientre buscando algún indicio que le indicara el lugar donde tenía enterrada la verga. La sentía muy profundo, empujando en el esternón, apretó buscando hasta que ...
    ... sintió su polla como latía en mi interior. La sacaba y la metía acompañando con la mano su caminar por mi tripa.
    
    -Esto es el puro vicio, es como si me hiciera una paja con tu cuerpo. -sujetó las caderas y empezó a a envestirme con fuerza sacando todo su palo y volviendo a meterlo haciendo que no dejara de murmurar y gemir de gusto.
    
    -No te vayas a correr Pablito, aún no por favor, dame despacio para gozarlo más tiempo. -después de unos minutos follándome suave y a veces con fuerza, sacó la polla hasta el glande y me dio la vuelta colocándome para que le mirara, con los pies sobre sus duros pectorales y con brusquedad volvió en empitonarme todo el pene.
    
    -Ahógame para correrme. -apartó la cara para mirarme a los ojos y supe su negativa sin que hablara.
    
    -Solo un poco, ¡por favor!, ¡por favor! -sujeté su mano izquierda llevándola a mi garganta y apreté como si le enseñara.
    
    -A ti también te gusta, será la última vez, te lo juro. -notaba la lucha interna que mantenía entre hacer lo que sus deseos le pedían y la sensatez, insistí con la esperanza perdida.
    
    -¡Por favor Pablo!, ¡por favor! -y sus manos, como garfios destructivos, se agarraron a mi cuello. Colocó los codos sobre la cama y la garras comenzaron a apretar, despacio, con suavidad, sabiendo que podría quebrarme el cuello, y a la vez su gran verga se movía saliendo y entrando en mi cuerpo, ocupando cuando estaba dentro toda mi cavidad.
    
    Suspiré gratamente sorprendido, dedicándome a disfrutar del roce de su ...
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