Negación - Capítulo 7
Fecha: 09/02/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos
... tarde, yo había superado cosas peores, él era sólo una piedra en el camino, tan efímera como la vida misma. Y yo era fuerte, lo sacaría de la ruta a patadas, y mi vida seguiría.
La lluvia se volvió más intensa cuando nos alejábamos de la ciudad, a lo lejos, los faros de la ciudad parecían luciérnagas flotando en la oscuridad, traté de vislumbrar trabajosamente las siluetas de los edificios, pero me fue imposible, el mundo parecía sumido en un manto de sombras, y sólo esas luces parecieron sobrevivir al asalto.
- Se ve hermosa – su voz rompió el silencio nuevamente. Me sobresalté, saliendo de mi ensoñación.
- ¿Cómo? – pregunté confundido, sin dirigirle la mirada
- La ciudad, se ve hermosa – aclaró.
- Sí, pero…
- ¿Pero?... – sentía su mirada en mí, seguí mirando al exterior.
- Me pregunto cuántas personas están sufriendo allí está noche. La ciudad es oscura en más de un sentido metafórico… La ciudad está hermosa esta noche – coincidí – pero la lluvia la llena de tristeza.
- ¿No te gusta la lluvia?
- Me gusta la lluvia – le corregí.
- Entonces no entiendo.
- No es algo que te interese oír.
- ¿Cómo lo sabes?
- Sólo lo sé.
- ¿Tienes novio? – ahora lo miré, estaba comenzando a cabrearme.
- ¿Vamos a hablar de esto ahora?
- ¿Qué, por qué no?... No es como que nos vayamos a ver de nuevo en la vida, y ha pasado cuánto, ¿Un año y medio desde que nos conocemos?, pensé que podríamos saber más cosas el uno del otro,
- Tú estás enfermo ...
... – llené mi voz de desprecio.
- ¡!Auch!!... qué sensible… era sólo una pregunta.
- Entonces no preguntes y sólo conduce… quiero volver a casa luego – le dije mosqueado.
- ¿Tienes otros clientes en la agenda hoy?, Te sugiero que los llames para re-programar la cita, no creo que quedes en condiciones para atender a nadie más – volvía a ser el de siempre, con la voz autoritaria y los ojos llenos de repulsión.
- No es de tu incumbencia…
- ¡Cuidado Puta!… - la amenaza quedó flotando en el aire y luego reinó el silencio.
Media hora después llegamos al Hotel “La Ruta”. Recé durante el camino para que nos detuviéramos en un páramo desolado, o en el linde de un bosque, y las cosas terminaran rápido. Pero, nuevamente, nadie escuchó mi plegaria, y me encontraba en el frontis de un edificio de cuarta categoría, a la orilla de la carretera. Por favor – pensé – que no esté de humor para nalgadas.
Bajamos en silencio, el lugar era rústico pero agradable, nos recibió un joven que ni siquiera nos dirigió la mirada, me pregunté qué tan familiarizado estaba con los encuentros sexuales entre hombres en su recinto. Bastante supongo, por la forma en que nos trató. Nos entregó las llaves de una habitación en el segundo piso, y nos deseó las buenas noches. Estaba perplejo, en otros lugares que dos hombres pidieran habitación con cama matrimonial no era bien visto. Era esa crítica oculta, el desprecio en las miradas, los susurros a tus espaldas lo que me contuvo de confesar mi ...