Cena de amigas
Fecha: 10/02/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: fairydoz, Fuente: CuentoRelatos
... sólo que esta vez estuvo un buen rato acariciando el coño a su amiga. Luego saco su mano y mirándome se pasó los dedos por la boca se dio la vuelta, le bajó las bragas a su amiga y le hizo abrir un poco las piernas y empezó a chuparle el coño. La amiga sólo me miraba poniéndome una cara de placer que me puso cachondísima así que yo también empecé a hacerme un dedo. Mientras las miraba me saqué las tetas y me pellizcaba los pezones mientras con la otra mano me metía dos dedos. Al final me corrí como una perra, la chica se levantó y con todos los jugos de la otra me dio un beso con lengua y me dijo al oído: “sabía que una muñeca como tú era bollo, guarra” y me abrió la puerta. Salí de allí con las bragas, todavía con la etiqueta, empapadas y con la mejor corrida de mi vida, sin polla de por medio. Ahora no sé si soy bollo, pero me sigue gustando Rafa (y los tíos buenos).
—Tranquila, no eres nada rara —dijo Sonia —La mayoría de mujeres son un poco bi aunque no lo reconozcan.
—Yo, no —dijo Bea.
Y a lo mejor es verdad, pero lo cierto es a mi sí que me gusta ver mujeres desnudas, aunque nunca he tenido esa experiencia, supongo que si no se da una oportunidad como la que tuvo María terminas sin hacerlo nunca.
Total, que entre historias de polvos y risas se pasó la cena y al terminar Andrea propuso que fuéramos a bailar a algún sitio. Pero María dijo que estaba muy cansada y tanto Beatriz como Sonia tenían que madrugar al día siguiente para llevar a los niños a fútbol. ...
... Así que decidimos ir a casa.
Sin embargo, al subirnos al coche Andrea insistió:
— Vámonos tú y yo a bailar que éstas son unos muermos.
— No sé, ya son las doce y si no mañana no hay quien me levanté —le contesté.
— Venga, si hace meses que no bailamos y siempre te quejas de que tu marido sólo te saca a cenar y luego se quiere ir a casa. Me han invitado unos amigos de Bellas Artes a una fiesta, seguro que nos lo pasamos bien bailando con todos esos yogurines y además con la calentura que me ha dejado la conversación de la noche necesito refrescarme.
—Bueno, para una vez que salimos no nos vamos a ir sin bailar un poco. ¿Dónde vamos? —Y puse rumbo a la fiesta.
Llegamos enseguida y cuando estábamos dejando el coche al aparcacoches se acercaron dos chicos a saludar a Andrea. Desde luego esta chica tiene un don natural para la estética, toda la gente que conoce es guapa, en concreto estos chicos debían tener poco más de veinte años y eran bastante altos iban vestidos con vaqueros y unas camisetas para marcar todo lo que habían trabajado en el gimnasio. Se llamaban Antonio y Sebas.
Entramos con ellos a la discoteca y rápidamente cogí a Andrea y le dije
—Madre mía, tú no pierdes el tiempo en la universidad. Hace tiempo que no veo tíos como estos, ya estoy acostumbrada a las barriguitas cerveceras de nuestros santos —Andrea se rio y me dijo que en la escuela había muchos así
—Lo que pasa es que ya no te acuerdas como era tu marido cuando estudiabas, pero ...