El reencuentro - 2ª parte
Fecha: 11/02/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... hablando
Verás; hace diez años, allá en España tuve una novia… La quise mucho; muchísimo… Y ella a mí… Pero no pudo ser… Eramos… Bueno, éramos primos; primos hermanos… Y tanto sus padres como los míos se opusieron a lo nuestro y nos separaron… En el entierro de mis padres la volví a ver…
Ya; y ese antiguo amor, resultó que no estaba muerto… ¿Hicisteis…hicisteis el amor?
(Daniel negó con la cabeza) No, pero faltó poco… Le dije que estaba prometido y ahí acabó todo
La quieres, ¿verdad?
La amo Rachel… Y a ti te quiero… Te quiero mucho… Te lo juro Rachel…
Te creo… Sí; me quieres, y seguro que mucho… Pero no me amas; la amas a ella… ¿Cómo se llama?
Sandra
¿Es más joven que yo?... O… ¿más guapa?
No Rachel; ni lo uno ni lo otro
Entonces está claro que la amas y más que mucho, además… Te volverás a España, claro; a buscarla
No Rachel; no lo haré… Está casada, ¿sabes?... Y, además tiene dos hijos
Y qué más da si está casada o no… Si te quiere de verdad, como dices, dejará a su marido por ti tan pronto se lo pidas… Para casaros o, simplemente, vivir juntos…
Se hizo de nuevo el silencio entre los dos. La verdad es que Rachel estaba dando una verdadera lección de buen hacer… De cómo afrontar un revés sentimental con aplomo y gallardía. Estaba entera y, además, afectuosa hacia Daniel…
En fin, que estoy compuesta y sin novio.
Lo siento Rachel; de veras que lo siento… Pero, ya sabes, en el corazón no se manda…
¡Bah!... No te apures… Ya ...
... encontraré otro tío que me quiera más que tú… (Rachel tomó el bolso y se puso en pie) Creo que aquí estoy ya de más; me marcho Daniel… ¡Que seas feliz, mi amor!... Y no seas tonto; vuélvete a Madrid tras ella…Y, si luego, por finales la cosa no cuaja…aquí siempre tendrás unos senos donde encontrar alivio a tus pesares… Aunque para entonces esté casada o viviendo con un tío…
Rachel se llegó hasta Daniel e, inclinándose sobre él, le besó levemente en los labios, le dijo “Adiós cariño mío” y con paso firme, casi taconeando en las baldosas del piso, desapareció traspasando las puertas del local. Daniel quedó allí solo, sentado a la mesa, con una copa de whisky ante él.
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Allí quedó Daniel, durante bastantes minutos, más de media hora dirían los camareros, consumiendo su whisky sorbito a sorbito hasta que lo apuró. Todavía quedó allí algún minuto que otro hasta que, finalmente, hizo señas al camarero más próximo a fin de que le trajeran la cuenta y, levantándose, salió por fin a la calle.
La noche, sin ser gélida, era más que fría, por lo que se subió el cuello del anorak al tiempo que se echaba por la cabeza la capucha, echando seguidamente a andar hacia su casa. Desde casi antes de que Rachel le abandonara un mismo pensamiento enseñoreaba su mente: “Si te quiere de verdad, dejará a su marido por ti”… Pero ¿de verdad, Sandra le querría todavía? ¿Hasta el punto de abandonar a su marido por él?...
In mente, casi todo ese tiempo había ...