El reencuentro - 2ª parte
Fecha: 11/02/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... estado recreando lo que pasó y se habló entre Sandra y él mismo dentro del coche. Ella, entonces le dijo que él, Daniel, su hermano, era la única persona, el único hombre al que de verdad había amado, y la conclusión a la que entonces llegara: Que Sandra todavía le amaba; pero también casi que le odiaba; el inmenso amor que en un tiempo ella le profesó, se había repartido entre ese mismo amor y una buena dosis de rencor… De odio…
Luego, cuando se metió con él en el coche, estaba dispuesta a marchar con él a donde fuera… Quería entonces aferrarse a él, Daniel, y dejarse llevar al fin del mundo si él hubiera querido… Para poder escapar de la “prisión” que para ella ya era su matrimonio con Mateo, su marido… Pero eso, el querer librarse de la cárcel matrimonial, utilizándole a él, al poco se había esfumado; se lo dijo bien claro: “Hasta hace media hora”…
¿Qué había pasado para renunciar a tal plan?... ¿La aparición de Rachel en un horizonte que, hasta entonces, había creído despejado? Pudiera ser, pero también podría haber sido otra cosa… Ella, cuando decidió devolverla a su casa “sana y salva”, la verdad es que más entregada a él, no podía estar… Y aquello no era simple deseo… No era sexo, simplemente, lo que aquella tarde deseaba, sino amor: Amar ella al ser amado y, al tiempo, ser amada por él, por su hombre amado; el hombre a quien quería más que a su vida…
Pero, se decía… ¿Es cierto todo esto? Toda esa elucubración de su mente, ¿era real o simples delirios ...
... onanísticos?... Pero también bullía en su mente el recuerdo de lo que, así mismo, le recomendara Rachel: “No seas tonto y vuélvete a Madrid tras ella”…
Y como se dice que “La esperanza es lo último que se pierde”, o aquello otro de que “De ilusión también se vive”, cuando a la mañana siguiente Daniel llegó al laboratorio donde trabajaba, lo primero que hizo fue presentarse en la oficina de Personal, donde entregó una carta dirigida a tal Departamento, demandando le fuera firmada y sellada una copia de la
misma, a fin de que quedara constancia de su entrega.
En tal carta comunicaba a la Empresa su intención de rescindir el contrato que le ligaba, laboralmente, a ella, señalando que en el plazo de treinta días concluiría la relación que mantenían. Luego fue a su puesto de trabajo, como de costumbre, pero desde ese mismo día, tan pronto estaba de vuelta en su casa, se dedicaba a enviar solicitudes de trabajo a diversas empresas del ramo radicadas en Madrid.
Daniel, en su actual Empresa, ocupaba un puesto de cierta importancia en el importante departamento de Investigación Farmacéutica, y lo normal es que la gente relativamente importante en el medio, sea cual sea, resulte conocida por todas las empresas que a lo mismo se dedican, con lo que en no muchos días fueron varias las firmas del sector que le respondieron más o menos interesadas en su fichaje.
De ellas fue una la que más le interesó; una multinacional farmacéutica, de matriz suiza precisamente, pero radicada la ...