Gitanita de fuego, con todo el fuego del despertar sexual
Fecha: 13/02/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
Tiempos de Elvis, el rock and roll y todas las ganas de sexo dejaron la impronta de mi adolescencia feliz. Tampoco es santificar el pasado con aquello de que todo tiempo pasado fue mejor, ¿por qué? no lo sé, pero puedo afirmar que sin tanto artefacto tecnológico podíamos ser felices, este relato es la muestra de una deliciosa historia, ingenua, un recuerdo que aún hoy me excita al recordarlo, eso me motivó a escribirlo para compartirles un retazo de mi vida.
La relación con esa gitanita vecina puso salero y ¡olé! al despertar sexual este momento de su vida…
Frente de mi casa vivía una familia de gitanos con todo el color y alegría de la raza nómade, que se caracterizaba por haber sentado su domicilio por bastantes años, tanto así que con el hijo varón de la familia nos hicimos amigos, casi de la misma edad. La familia también tenía otras dos hijas, pocos años menor que nosotros.
Las chicas, amigas de mi hermana, visitaban mi casa, en especial la mayor, Zeyda, bastantepechugona para su edad, piernas largas, ojos grandes y negros como el café, belleza salvaje de carne morena y sangre caliente.
Me gustaba mucho, demasiado, pero por eso de ser amigos, sobre todo muy amigo de su hermano me tenía prohibido intentar el menor avance sobre esta preciosura. Era común que ella jugara sentarse sobre mis rodillas ¿jugando?, el bicho despierta, reflejos de excitación que trataba de domarlos, si no disimular todo lo posible. Seguramente debió de haberlo notado, porque se había ...
... tomado eso como costumbre; situación que ponía a prueba ejercer el autocontrol para no pasar por un calentón con la hermana del amigo. Pueden creerme que no me era nada fácil esconder la calentura, recordaba lo que me había dicho la puta del barrio cuando la visitamos con unos amigos para el debut sexual, me dijo: “Estás bien dotado pibe, conesta no te van a faltar minas (mujeres)”
En una ocasión, también “de jugando” vino Zeyda a sentarse encima de mis rodillas, pero esa vez estaba decidida a vencer con la provocación, venía por más, jugada, lanzada, seguramente dispuesta a conseguir sacarme el desinterés fingido por ella. Sintió, palpó y sonrió, disimulada¿inocencia?, me dejó con los testículos doloridos de la calentura que me provocó.
Las cartas están echadas, hayonda, el desafío de la gitanita me podía, el ardor juvenil pudo más que la prudencia, ¡jugué todo también! Esa noche en el jardín, entre el aroma de jazmines nos besamos, urgente y de apuro, sus labios cerrados para el beso encendieron mi deseo, sentía el honroso desafío de ser el primer hombre que la besa, indico cómo hacerlo, con lengua es más sabroso, aprendió el beso de lengua, también a sentirlo con los ojos cerrados para poderver el sabor del hombre desde adentro mirando con los ojos del sentimiento. Luego de ese acalorado encuentro quedamos ardiendo como brasas, pero aún no era el tiempo propicio para tener un momento solo para los dos, la calentura quedaba en suspenso, también nuestras intenciones, ...