Gitanita de fuego, con todo el fuego del despertar sexual
Fecha: 13/02/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... esta todo dispuesto para el momento supremo. La siento tensa, expectante, sabe que está por suceder, siente apoyada la cabeza del pene, quieto, con esa tensa quietud que precede a la tormenta.
Le indico que aspire fuertemente por la boca, una segunda vez y en la tercera cuando está tomando aire y sin aviso me mando de un golpe…
—¡Ahhhhhhh! - Intenta subirse con el arqueo de la espalda, pero como la tengo fuertemente agarrada se lo impido y voy adentro del todo, al fondo.
Fue lo más que pudo decir, aspirar con intensidad consiguió distraer su concentración justo cuando avancé en ella, abriendo el camino a la sexualidad plena, el camino de niña a mujer está franco, derribadas las barreras. Quedé dentro, inmóvil, esperando sus reacciones…
Despacio el rictus de la sorpresa dejó paso al gesto una dolorida sonrisa, sintió como ese desgarro interior traía el despertar de la hembra. No podía con su genio, sus dedos se incrustan en mi espalda mientras resopla como fiera herida.mordió y puteó al desgarrarse el himen, dos golpes más y todo, a fondo para desgarrar por completo el himen.
Gime, jadea, resopla, todo eso y más, pero aun así colabora a ser cogida. Es toda una hembra en su fogoso esplendor, le fui enseñando cómo moverse. La calentura fue subiendo en progresión geométrica, hasta niveles que no pudo soportar y el orgasmo se le presentó y estalló en la plenitud de su inconciencia. Pregunta que cosa es estos latidos deliciosos que la convulsionan y estremecen una y ...
... otra vez, que le dilatan los ojos, le secan la boca y crean en su vientre y en su sexo esas maravillosas contracciones que la conmueven.
—Disfrútalo, es el orgasmo, gózalo.
Conmigo dentro de su vagina, transmite los latidos mágicos del orgasmo. Mis enviones le ayudan a repetir esa sensación, a replicarla una y otra vez. Comienzo a empujar con más vehemencia, pide más rápido, y más aún, la respuesta es penetrarla como pide mi mujer, a fondo y más rápido.
En el zenit de mi calentura mientras duran los estertores de su orgasmo, empujo con renovados ímpetus, hasta que en el último envión dentro de la conchita…
Un bufido ahogó sus gemidos, fue el aviso de mi venida dentro de ella, la leche abundante fluyó de la pija, bien adentro de la muchacha, las movidas siguientes dejaron fluir todo el contenido seminal acumulado de varios días calenturiento.
El látex no aguantó el fragor de la lucha, el pene salió con jirones de condón y virginidad maltrecha. Ayudé a levantarse del lecho, acompañé al bidé para que se lave el menjunje de leche y sangrado.
—Me la rompiste. Me duele… pero… me gustó ser tuya. ¿Ahora soy tu mujer? —un beso en la boca fue la respuesta.
Estuvimos con la espada de Damocles encima, hasta que le vino la regla. Festejamos con un polvo de esos para el recuerdo, seguimos cogiendo por tres meses, hasta que su familia decidió levantar campamento y mudarse.
El día previo a la despedida, una cogida y sin condón, en el segundo polvo le estrené el culo, ...