Venganza de mujer (de la serie crónica de una infidelidad anunciada)
Fecha: 15/02/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Tothem, Fuente: CuentoRelatos
No se puede pasar por el trastero, ahora le ha dado por la bicicleta estática y la cinta de correr aunque tampoco se lo achaco, ha tenido sus motivos, sin embargo, está dichosa obsesión ahora, yo pensaba que se le habría pasado pero no, pague con creces mi devaneo; sí, siempre se cometen locuras, locuras de maduro, las cuales quedé desengañado.
En la oficina siempre tenemos reuniones con compañeros, lo que muchas veces conlleva a cenas y, por qué no decirlo, salidas nocturnas, de las cuales confieso que he terminado en alguna que otra cama con prostitutas. No puedes evitarlo lo conlleva este mundillo y, encima llegó una secretaria nueva, la cual ya fue la gota que colmó el vaso de mi matrimonio; sí, ella, paciente, entregada, trabajadora, vivaz, dulcemente inocente; casi lo dejé todo por ella, me hice falsas esperanzas de una nueva vida junto a ella, ya que me decía que era el hombre cabal y maduro que ella adoraba, que le satisfacía mi personalidad.
A las dos semanas, ya se me entrego en un apartamento, la gocé placenteramente, me creía un hombre nuevo. Por eso, al oír confidencias en la oficina —y pensando que eran sobre mi persona, para con mi secretaria—de parte de uno de los empleados, con un tono varonil “ayer me cepillé a la nueva, fuimos a la disco y después la follé toda la noche; tenía razón el segurata del edificio”. Si bien me invadió rabia contenida, también lo atribuí a mentiras de jóvenes –treintañeros- aunque por otra parte nombraron el de seguridad; ...
... el Rubén, un cachas algo presumido aunque eficiente.
Pese a mi reticencia a rebajarme ante tal subordinado y, siendo él, amigo de un amigo mío de la filial de nuestra empresa, los cuales van al gimnasio juntos —el cual había sido recomendado por el último—, me arme de valor y le dije que le sonsacara algo, como simple curiosidad, ya que la chica venía desde dicha filial. Aquel día quedamos para tomar algo, hablamos de trabajo, como de pasada le pregunte por lo que le había pedido “ no te habrás liado con ella, bueno jejeje” él también estaba a la expectativa, contestándole simplemente, que era pura curiosidad, ya que yo nunca me metía con la plantilla contestando “entre nosotros, hasta yo me la he tirado y, el de seguridad me dijo que a los dos días de haber empezado ya se la había calzado; y, es más, tenía fama de ser una ‘coño fácil’ ya que se la habían levantado bastantes.
Me sentía engañado, defraudado; podía haberlo previsto, pero, no terminaron ahí todas mis desavenencias existenciales, al cabo de poco tiempo, mi mujer me lleno de reproches, sabía de mis devaneos, echándomelos en cara de modo despectivo y llena de ira, aunque nunca pensaba que a partir de ese día maquinaba su desafío. Nunca hubiera pensado que esos silencios rotos, miradas de desdén, ansias de ir al gimnasio, coquetería, orgullo; ella, que siempre había sido tan superficial, como un florero en casa me retaría a lo que ella me dijo “lo veras con tus propios ojos”. A continuación vino su sentencia ...