1. Venganza de mujer (de la serie crónica de una infidelidad anunciada)


    Fecha: 15/02/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Tothem, Fuente: CuentoRelatos

    ... de rogar —dijo ella— por cierto, te gusta mi nuevo amigo —risa sarcástica—, pues bueno, vamos a ello, sabes, quiero probar la potencia de un negro, ya puesta a ponerte los cuernos que no sea por macho.
    
    Nos levantamos, yo tras ellos. Salimos y caminamos por un callejón oscuro, lúgubre; él mientras le iba levantando la falda y tocando el culo, lo hacía con descaro, para que lo viera. Al final del callejón subimos unas escaleras sucias y el edificio señal de abandono; todo era grotesco, no parecía real. Llegamos al tercer piso, allí entramos en un pequeño antro, el cual consistía en un pequeño sofá y una cama sin hacer, máscaras colgadas de la pared, cajas con relojes, pulseras y demás parafernalia que seguramente vendía el individuo. Nada más entrar en una demostración de poderío agarrándola del culo y la morreo; le masajeaba las nalgas, las apretaba, les daba cachetes. Acabada la entrada triunfal, se pusieron más cómodos, yo de mi parte me senté en el destartalado sofá, por indicación del chulapo, el cual ni siquiera había articulado ninguna palabra; parecía una máquina programada la cual iba con piloto automático. Ella se sentó en la desecha cama esperando, de su parte Mamadou quedó de pie y en un gesto carente de ternura y romanticismo le dio a entender que se quitara el vestido, por su parte él empezó a quitarse la ropa y tirarla al suelo, quedándose simplemente en calzoncillos—con topos de leopardo-, los cuales se vislumbraba un considerable bulto; al mismo tiempo ella ...
    ... quedaba en tanga y sujetador, los cuales fueron quitados rápidamente por Mamadou con tirones rápidos de sus grandes manos. Hizo dos pasos atrás y la miró de arriba abajo, como un examen rápido de lo que iba a usar y haciendo alarde de masculinidad y chulería se cogió el paquete y me miró desafiante a los ojos, una vez hecha la intimidación ocular a mi persona se los quitó, saliendo rebotado un cipote de considerables dimensiones, algo curvado, con unos testículos también de dimensiones considerables. Era un animal que sabía su superioridad y demostraba su poderío desafiante y, no bastándole la mirada pasó a darse unos meneos al cipote mirándome a la cara. La maquinaria ya estaba en marcha, mi mujer volvía a estar sentada en la cama, tenía expresión de entrega. Y así fue, como Mamadou se dirigió hacia ella—su polla estaba a la altura de la cabeza de mi mujer— y sin mediar gesto alguno hizo conexión de polla con boca, la cual la entro hasta medio tronco, quedando ella prácticamente sin respiración y vislumbrando unas mejillas hinchadas, estaba paralizada sin movimiento, aunque se reactivó y empezó a lamer el glande echando atrás la boca para acto seguido lamer el cipote de arriba abajo; la troncalidad fálica era impresionante, sus venas se traslucían a pesar de su negrura, sus huevos recubiertos de piel porosa le daban un aire animal impresionante, su estado de rigidez dejaba ver a las claras que era asaz receptor de mamada. Ella intentaba absorberlo todo pero no podía, era un ...
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